Mercedes Pujana es una artista de la paciencia, construye su obra en años de pensamiento pausado, enriquecido por la incursión en otras artes, y vuelve sobre su camino recogiendo las pistas. Aquí deslumbra con su capacidad de mirar y volcar: figuras del espectáculo, el arte, la política, algunas mainstream, otras del mundo indie que se fueron de este plano del 2020 para acá. Y esa no es una elección inocente: de la pandemia que reguló el biorritmo terrestre a una escala inimaginada, quedaron varios en el camino y los que sobrevivimos, ya sin la inminencia del apocalipsis, lo hicimos transformados, con una conciencia más horrorizada con la fragilidad.
De allí que Obituarios es una muestra de retratos de personas ya fallecidas conocidas por todos, pintadas con acrílico, que requieren achinar los ojos para entender, en muchos casos, de quién se trata. A veces basta un golpe de vista pero lo que es fascinante es que en la mayoría producen la sorpresa inquietante de no saber que esas personas habían muerto. Esa inquietud funciona como un espejo: ¿también voy a morir? ¿cómo? ¿cuándo? ¿quién va a recordarme?
Su trazo complejo, resultado evidente de su destreza con materiales plásticos, el manejo de las sombras y de la textura de las pieles, los colores, los detalles que hacen de una cara mucho más que un registro de humanidad sino un espacio a ser decorado, como se decora un living, exponen una sensibilidad que tiene en la mirada su principal punta de lanza: el consumo de las noticias, habitar circuitos más pequeños de trascendencia o los gossip a gran escala, mezclan personajes que en la realidad parecen estar a años luz, como la reina de Inglaterra; Juan José Sebreli, Marta Fort y Lía Crucet.
Obituarios es un atlas que cobra un sentido universal cuando le repregunta a quien observa si ya pensó en su propia muerte.
La muestra puede verse hasta el último día de septiembre en Loyola 514, CABA. Más info; gallery.com.ar/microgaleria