El mundo deslumbrante
¿Cómo se ha representado la infancia? ¿Cómo se recuerda? ¿Y cómo sigue influyendo la idea de la niñez femenina la cultura visual y la moda? Eso se pregunta la nueva muestra Chicas: sobre el aburrimiento, la rebeldía y estar en medio, que se está exhibiendo en el Museo de la Moda de Amberes y que recupera diferentes aproximaciones de infancia en la cultura pop, la moda y la historia del arte, enunciando que a menudo los verdaderos retratos de niñez son pasados por alto o se encasillan en la idea de ingenuidad obviando su potencia. “A través de los ojos de los artistas, diseñadores, fotógrafos y cineastas de esta exposición, la niñez es más que un tema, sino una forma de ver, de recordar e imaginar”, dicen desde el museo. Ahí, entre fotogramas de Sofía Coppola o esculturas del siglo XIX, destaca la fotógrafa Nancy Honey, una artista estadounidense de 77 años que se ha pasado las últimas tres décadas retratando a nenas entre 11 y 14 años en la cotidianeidad de sus casas, sus colegios o sus días de shopping, logrando retratos con un halo ensoñado aun dentro de lo doméstico. “Este es un momento de formación en el que las semillas de la rebelión empiezan a madurar. Es un momento en el que las niñas empiezan a desafiar tanto la crianza familiar como los códigos de conducta aceptados públicamente. Es el comienzo de una nueva fase de experimentación” ha dicho la artista, que fotografió nenas de principios de los noventa y principios de los dos mil, con sus obvias diferencias estéticas pero con un manto de innegables similitudes. Parece que la fotógrafa ha logrado sumarse a viajes en bus y salidas de shopping como una más: “Nos probamos un montón de zapatos y ropa y recorremos muchas tiendas y grandes almacenes pero no compramos mucho, salvo golosinas”, dice Honey.
Los años intoxicados
“Me gusta arreglar cosas, me gusta estar vivo”, asegura Mac DeMarco que, con apenas 35 años, asegura estar llevando una vida de jubilado con mucho orgullo. Cuando era apenas un veinteañero, Mac fue el jovencito al que unánimemente –la prensa, los fans– amaron con locura. Con su gorrita, sus riffs de guitarra grabados en su dormitorio y sus canciones que hablaban sobre cocinar crack y ser el terror de su barrio canadiense, fue nombrado el rey del slacker rock del momento y giró por todo el mundo con su banda de amigos, bebiendo en el escenario cualquier cosa que le entregara el público. Es más, casi todos en Argentina tienen una foto con él de joda en algún antro y hasta su novia de la adolescencia se convirtió en un personaje venerado. Pero es sabido que la vida pasa cada vez más rápido y él, asegura, no quiere morir joven. Hace pocos días DeMarco, que ya no tiene redes y que lleva una vida bajo perfil, reapareció dando una entrevista al medio Dazed donde sorprendió a todos diciendo que ahora es plomero. Cuestión que dejó Los Ángeles y se volvió a vivir a una granja en su Canadá natal, donde navega en canoa, construye pozos y aprende técnicas agrícolas amish. “Me encantan los pozos y los servicios públicos”, concluye Mac, que hace cinco años logró estar sobrio y ahora está lanzando un disco con el único objetivo de volver a tocar “una o dos veces a la semana” para sus fans.
Firmas biológicas
“El compromiso de la NASA de llevar a cabo ciencia de alto estándar continuará mientras nos dedicamos a poner huellas estadounidenses en el suelo de Marte”, dijo Sean Duffy, el polémico administrador interino de la NASA en la era Trump, que ya hizo otros anuncios como la instalación de un reactor nuclear en la luna. Pero mientras los americanos quieren declarar a Marte como propio o envían a Katy Perry a plantar bandera al espacio, una pista bastante interesante para la humanidad se divulgó por estos días. Es que se detectó que una roca marciana recolectada por el rover Perseverance, vehículo de la NASA, contiene posibles firmas biológicas. Esto quiere decir que en la roca se halló un indicio de un proceso que necesitaría de la presencia de vida para llevarse a cabo. En un artículo divulgado en la Revista Nature se indica que la roca estaba formada con materiales como arcilla y limo, que en Tierra han mostrado capacidades para conservar la vida microbiana pasada. Por otro lado, en el mismo lugar se encontraron minerales que se asocian a desechos orgánicos en descomposición. Los expertos dicen que estos hallazgos no son suficientes para saber a ciencia cierta su potencial biológico, pero podría apuntar a la teoría de que Marte habría sido habitable en otro momento, y quizás por un periodo más largo del que se pensaba.
Resistencia sobre ruedas
Un video de tres nenitas de unos diez años, montadas felices sobre sus patinetas en un barrio de Gaza giraron por internet durante estos días. La imagen tierna y terrible de Zina, Tawqa y Marah en una ciudad asolada por la guerra se divulga en el instagram de Gaza Team Skate junto a otros retratos parecidos: chicos haciendo flips en las ruinas, mostrando su ciudad destruida a toda velocidad o enviando mensajes que despiden a los nenes que se ven obligados a dejar sus barrios. La iniciativa pertenece a una organización local que desde 2017 apoya a los jóvenes de la Franja de Gaza a través de la práctica y la comunidad formada alrededor del skate. El grupo fue fundado por un joven llamado Rajab Al-Reefi, que comenzó a practicar este deporte en 2015, cuando una organización internacional construyó una mini rampa de madera en su barrio y le cambió la vida. “Me dijeron que todos los skaters del mundo son una sola familia. Pero se demostró que era falso cuando intenté comunicarme con skaters famosos y páginas y no me respondieron”, dijo Rahab, que desde entonces, junto a otros patinadores, se puso al hombro la tarea de hacer lo propio a nivel local: construir rampas, muchas de ellas destruidas en bombardeos, y dar clases de skate donde puede, con la esperanza de contribuir a ser refugio y apoyo para los jóvenes en medio de la violencia. Desde que Rajab se fotografió a sí mismo haciendo una pirueta sobre los escombros de un terrible bombardeo, la imagen se convirtió en insignia para otros skaters del mundo. “Fue un gran desafío. Porque estoy en una guerra que no tiene piedad con nada”, dijo el joven gazatí. “Pero mientras patino soy una persona diferente. El skate es todo en mi vida”. Varias organizaciones skaters convirtieron esa captura en un estampado o una postal, y están apoyando la causa usando sus plataformas internacionales. Así venden indumentaria, tablas y arte vinculado al skate, hacia todo el mundo, y recolectan dinero para los jóvenes que viven en Gaza. Por estos días, la organización Skate Pal, que de hecho surgió en Palestina, también editó un libro llamado Haraka Baraka (es decir, “el movimiento es una bendición”), que se puede comprar online y documenta hermosamente a la colectividad skater. “No es suficiente para lo que Palestina necesita hoy, pero celebra la vida, la historia y el idioma”, dice Samar Maakaroun, la diseñadora del libro.