Este Fresan -de tan actual y sin miramientos para quebrar ilusiones naive-, despanzurra Labubu como chiche capitalista y pasión empresarial, como si fuera un vehemente acólito de Myriam Bregman (en la contratapa de Página/12 del 9 de septiembre).

Fetichismo de la mercancía o de Mercado Libre, Labubu no tiene nada que ver con el fetichismo del siglo XIX, integrado por los que se apresuraban a entrar