Re-crear en libertad es el tema de la primera maratón de escritura carcelaria, convocada por la ONG rosarina Mujeres Tras las Rejas, para “abrir espacios de visibilidad y creación para mujeres y disidencias sexogenéricas que transitan o han transitado la cárcel”. Lilian Alba es una de las integrantes de la organización y está muy entusiasmada: hubo personas inscriptas desde México, Guatemala, Brasil y hasta recibieron un mensaje desde Francia, además de mujeres que han transitado el sistema penal argentino en distintas provincias. Desde el 1° de septiembre y hasta el 31 de octubre, a las 23:59, está abierta esta propuesta, que abarca los géneros de narrativa breve y poesía.

“Como tallerista, por haber coordinado un taller de poesía en el penal, es difícil a veces entender la importancia que tiene hablar del mundo simbólico, lo que significa escribir y pararte desde otro lado, que a veces dar la voz de otra manera, porque las chicas dicen: ‘Nunca hubiese pensado que podría haber escrito un libro’”, cuenta Alba la experiencia que sustenta esta iniciativa.

Pone el acento en el cuidado que pusieron en ese proceso. “No escribieron un libro que se publicó en un fanzine, se reescribió, se trabajó con ellas. Desde las faltas de ortografía hasta cuál es la mejor palabra, la rima, volver a pensar y reescribir”, sigue la activista de la ONG. 

Justamente, en el IG y la página web de Mujeres Tras las Rejas están disponibles las bases de la maratón y también el formulario de inscripción.

En cuanto al taller de escritura en la Unidad Penitenciaria N° 5 de Rosario, Alba subraya que las asistentes muestran su interés, pero la decisión pertenece al servicio penitenciario. “No son las chicas quienes deciden si van a ir o no van a ir ese día a tomar el taller. Hay un montón de cosas que hay que superar para llegar a un taller y ahora las chicas que participan de los talleres tienen que estar a un año y medio de recuperar la libertad. O sea, la gente con condena larga no puede hacer ningún taller en las cárceles de la provincia de Santa Fe”.

Estas restricciones —muchas de ellas inconstitucionales— a las posibilidades educativas y recreativas de las personas privadas de la libertad en la provincia hacen “que una condena larga se vuelva increíblemente larga. No tenés más que estar en tu celda y dentro del pabellón”.

Por eso, subraya “la posibilidad de trabajar lo simbólico, trabajar con la palabra, creativamente, aunque muchas veces se piense que se trata de un tallercito". Y sostiene que "en realidad, la cantidad de cosas que moviliza un taller de escritura, es impensable y por lo general se los desvaloriza, porque se considera —y no sólo desde el sistema penitenciario— que la persona que va a escribir a un taller de estas características no hace nada productivo”.

Pero Alba sabe que es “todo lo contrario”, por eso recurre a la experiencia de la editorial cooperativa Esquina Libertad, de Buenos Aires, “fundada por chicas que transitaron por el sistema carcelario y están viviendo de eso”.

Escribir es una gran ventana abierta, más allá de las rejas.

—Si no estuviera acá, ni loca me pongo a escribir —dijo una chica privada de su libertad.

“Por ahí se abre otra posibilidad, pero también todos sabemos que la cárcel está llena de personas pobres. Eso no es ninguna novedad, no estoy diciendo nada nuevo. Escribir, para ellas, es totalmente nuevo”, sigue Alba.

Una de las chicas con la que trabajaron empezó el taller sin saber leer ni escribir. “Se alfabetizó de manera autodidacta. Y tenía una letra que era una belleza, muy dibujada, pero vivía preguntando por los errores de ortografía porque no sabía cómo manejar eso. Y esas cosas abren un mundo nuevo. Poder expresarse abre un horizonte distinto”.

Entre las organizaciones que participan de la maratón, Alba menciona a Fugas, que trabaja en el penal de La Plata. “Tienen una editorial y gracias a ellas nació la maratón porque presentaron un libro de poesía erótica y nosotras estábamos trabajando en el taller la temática de la sexualidad, de la identidad, entonces llevamos el libro y se dio una conversación de una punta a la otra muy interesante”, cuenta la génesis de lo que hoy tiene a mujeres y disidencias de diferentes lugares de América escribiendo. Y también reconoce que la posibilidad se dio “a través de la Red Feminista Anticarcelaria Latinoamericana de llevar esta idea loca de juntar escritos a toda Latinoamérica”.

Imagen: Agustina Bertossi.


“Mujeres y disidencias sexogenéricas privadas de la libertad, bajo arresto domiciliario, excarceladas integradas a una ONG, organización social u otras instituciones que realicen trabajo dentro y fuera de cárceles”, es la descripción de las personas que pueden participar de esta instancia que sigue convocando.

Lo que consideran desde Mujeres Tras las Rejas es que “la escritura es una herramienta de expresión y denuncia poderosa, y a través de ella, esta propuesta busca combinar justicia, inserción social, reivindicación de los derechos humanos y brindar un espacio de creación colectiva e individual, desafiando los mandatos de las narrativas dominantes y desestigmatizando a las personas en situación de encierro carcelario”.

Las complejidades se superponen. “La idea era que el 1° de septiembre todas las personas que participaran tuvieran al mismo tiempo el tema sobre lo que escribir. Que es re-crear con libertad, sueños, anhelos y realidades”, plantea Alba, y asegura que es un “sueño” llegar a un proceso “de escritura compartida”.

Lo que sobran son obstáculos. “Las realidades carcelarias son muy distintas. Imagínate que tenemos gente anotada en México, en Brasil y no todo el mundo tiene acceso a un mail, ni a internet ni a un celular, es decir, a ningún dispositivo para contactarse con otras personas que están en la maratón”, sigue Alba. “Incluso recibimos consultas de otros lugares para ver si se puede publicar con el seudónimo porque, por cuestiones de seguridad, no pueden poner su verdadero nombre. Entonces, cada lugar es un mundo”.

Alba agradece también el compromiso del comité de selección, que integran Marta Ronga, ex presa política, autora de Seda Cruda, militante de derechos humanos; Ruth Sosa, feminista de frontera, educadora aprendiente y co-investigadora de la Universidad Nacional de Rosario; Griselda Robertazzo, docente en Letras y especialista en Estudios Interdisciplinarios en Sexualidades y Género, y Mario Rodríguez Torres, docente de la Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (UNILA) y co-coordinador del proyecto de extensión Direito à poesia.

Algunos textos ya llegaron, otros están en plena elaboración. En esta primera edición, la propuesta es sobre todo “lúdica”.

“Algunas chicas escribieron o están escribiendo en el penal, hay muchos talleres literarios en penales y hay otras que de repente pueden hacer su primera incursión y siempre está bueno hacerlo acompañada. Por eso también abrimos la opción de los textos colectivos, porque siempre suma miradas, suma saberes, suma todo”.

—¿Cuál será el criterio de selección?
—Después del 31, pasa todo a la mesa de selección, que en esta primera instancia lo que vamos a tener en cuenta es que sea un texto bien escrito, que se pueda publicar, que sea un texto cuidado y que responda a la temática.

Con los textos seleccionados, planifican hacer una publicación, un libro-objeto, que va a ser entregado a cada une de les participantes, junto a un certificado de participación. Y, después, quieren colgar el libro en PDF para que sea de descarga libre en la página de la ONG.

IG: https://www.instagram.com/mujerestraslasrejas/?hl=es
Página web: https://www.mujerestraslasrejas.com.ar/agenda