CAMINA O MUERE 6 puntos

(The Long Walk; Estados Unidos, 2025)

Dirección: Francis Lawrence.

Guion: JT Mollner.

Duración: 118 minutos.

Intérpretes: Cooper Hoffman, David Jonsson, Garrett Wareing, Tut Nyuot, Charlie Plummer, Judy Greer, Mark Hamill.

Estreno en salas de cine.

La premisa de la primera novela de Stephen King, escrita durante sus años de estudiante universitario, aunque publicada con el pseudónimo de Richard Bachman en 1979, luego del rotundo éxito editorial de títulos como Carrie, El resplandor y Salem’s Lot, es sencilla pero impactante. En unos Estados Unidos distópicos, dirigidos con mano firme por un régimen dictatorial, un grupo de cien jóvenes participa anualmente de un concurso a todo a nada, en el cual deben caminar sin detenerse durante varios días y noches hasta que sólo quede uno en pie. Quien perfora el piso de las cuatro millas por hora de velocidad durante la caminata recibe una serie de tres advertencias, luego de las cuales se lo ejecuta sin misericordia. Si bien llevar a la pantalla las más de trescientas páginas del libro no parecía lo más sencillo del mundo –la letra impresa es una cosa, el relato audiovisual otra muy distinta–, los intentos por adaptar La larga marcha fueron varios e infructuosos.

Hasta ahora. El nombre de Francis Lawrence, director de otras adaptaciones de historias ubicadas en futuros o presentes alternativos con sabor a distopía, como Soy leyenda y las entradas de la saga Los juegos del hambre, parecía una buena opción para llevar adelante la empresa. Y lo cierto es que en Camina o muere –el teóricamente más “ganchero” título local de la película– el hombre hace lo que puede con lo que tiene, un guion que reinterpreta la novela sosteniendo en gran medida las ideas de King, aunque rebajando la cantidad de participantes a cincuenta, y alterando completa y radicalmente el final, trocando un nihilismo casi metafísico por un golpe de efecto hollywoodense. Mark Hamill es el encargado de darle vida al General, el militar que controla el particular evento, con Cooper Hoffman, David Jonsson y Garrett Wareing al frente de un reparto de jóvenes actores. Previsiblemente, dadas las condiciones de la trama –y a diferencia de otras novelas equiparables como la japonesa Battle Royale, donde la consigna es la más adrenalínica “matar o morir”–, aquí son los diálogos los que motorizan el relato: la acción es siempre la misma, caminar y caminar sin parar.

Así dadas las cosas, las alianzas van de la mano de las reticencias y rechazos, al tiempo que algo parecido a una amistad comienza a surgir entre un puñado de los caminantes. También los recuerdos del breve pasado de los jóvenes, la esquiva esperanza de resultar ganador, con la consiguiente fama y dinero como recompensas, las primeras y chocantes muertes, la fatiga extrema, y el comienzo de los problemas físicos y mentales. Varias de las muertes son brutales, con un detallismo gore que aparece regularmente para sacudir y sacar al espectador de la inevitable monotonía, que Camina o muere esquiva con relativa gracia, aunque no en todos los pasajes. Los guiños a la realidad de Estados Unidos y el mundo en el momento en que la novela fue escrita, con la Guerra de Vietnam como telón de fondo, adquieren otras reverberaciones gracias al auge contemporáneo de fascismos y violencias, pero en el fondo se trata de una película, con su mensaje a flor de piel, más voluntarista en términos narrativos que estimulante. Más interesante que genuinamente atractiva.