La tercera edición de DAE (Diseño Argentino Exponencial) Creative Bootcamp tuvo su cierre en Buenos Aires y confirmó el potencial del diseño como motor de innovación, desarrollo económico y transformación social. El programa, impulsado por la Fundación Bunge y Born y el British Council, reunió a 15 emprendimientos de distintas provincias que, durante meses, participaron de instancias de formación, mentoría y networking estratégico. Entre ellos, tres proyectos bonaerenses se destacaron por sus propuestas de impacto: “Aldi Vega”, de Lomas de Zamora; “Marote”, de Saladillo; y “Bottery”, de Mar del Plata.

El dato sobresaliente fue que dos de estas iniciativas bonaerenses recibieron capital semilla de 5.000 dólares para seguir consolidando su crecimiento: “Aldi Vega”, con su apuesta por la moda sustentable, y “Marote”, con soluciones industriales basadas en plástico reciclado. La inversión fue otorgada por la Fundación Bunge y Born en reconocimiento a la calidad, innovación e impacto de sus propuestas.

“Aldi Vega”, marca dirigida por la diseñadora homónima en el conurbano sur, desarrolla una línea de indumentaria y accesorios a partir de supra-reciclaje de descartes textiles y saldos industriales. Su trabajo no solo genera piezas únicas con valor estético, sino que también habilita el acceso de la comunidad creativa a materiales descartados, que cobran nueva vida en forma de indumentaria.

Desde Saladillo, “Marote” construye un modelo de producción sustentable a gran escala con plásticos post-consumo e industriales, generando mobiliario urbano, señalética y soluciones útiles para la vida cotidiana. Su objetivo es claro: demostrar que el reciclado no solo reduce el impacto ambiental, sino que también puede convertirse en un engranaje productivo con proyección global.

Por su parte, “Bottery”, radicado en Mar del Plata, fue uno de los emprendimientos seleccionados para la cohorte 2025 y llamó la atención del jurado con sus botellas de arcilla reutilizables. Este producto combina diseño, ecología e inclusión social, al proponer una alternativa sustentable a los envases de un solo uso.

La participación de estos tres proyectos bonaerenses muestra cómo, en distintos puntos de la provincia, el diseño se consolida como una herramienta capaz de generar empleo, promover la economía circular y fomentar la innovación social.

El programa no se limita al apoyo financiero. Su propuesta incluye más de 190 horas de formación híbrida y mentorías personalizadas, con ejes en gestión sostenible, internacionalización de mercados y comunicación estratégica. “Desde nuestra perspectiva, el diseño es un catalizador para una economía del futuro”, afirmó Iván Petrella, Director de Cultura y Ciencia de la Fundación Bunge y Born.

Para los proyectos bonaerenses, este reconocimiento significa mucho más que un respaldo económico: representa la oportunidad de expandir su alcance y fortalecer un ecosistema local de diseño que, cada vez con mayor fuerza, se proyecta hacia el futuro.