A contramano de su axioma de recortar a más no poder el gasto político, el gobierno de Javier Milei presentó ante la Justicia Electoral un pedido para reimprimir -sin la cara de José Luis Espert- la totalidad de las boletas únicas que ya están listas para ser distribuidas en toda la provincia de Buenos Aires.

La medida, de ser aprobada, no sólo implicaría la destrucción de todo lo hecho e impreso sino que además generaría un gasto extra que supera los 10 millones de dólares para el Estado.