El Banco Central presentó sus objetivos y planes 2018. En el informe de 22 páginas al que accedió este diario se incorporaron las nuevas metas de inflación. El objetivo ya no es del 10 sino del 15 por ciento para 2018, es decir un aumento de la meta del 50 por ciento. “El Poder Ejecutivo Nacional ha decidido demorar un año el objetivo de lograr una inflación de largo plazo del 5 por ciento anual, con respecto al sendero anunciado en 2016. Las metas intermedias de inflación son de 15 por ciento en 2018, 10 por ciento en 2019 antes de llegar a la meta de largo plazo de 5 por ciento en 2020. La política monetaria apuntará a cumplir con este horizonte”, detalló el informe del Central. 

En el documento figura como una decisión de política hacer más gradual la reducción de la inflación y no como un problema de la entidad. Pero en 2017, cuando el ejecutivo no se involucró en la decisión de los objetivos de precios, hubo 7 puntos porcentuales más de inflación en relación con lo planeado y pocos economistas de la city veían posible llegar a  2019 con precios de 5 por ciento.

Lejos de reconocer errores en la estrategia de tasas de interés altas para maniobrar las tasas de inflación del mercado interno, el Central planteó que en los últimos 24 meses se hicieron las cosas en la dirección adecuada para resolver el problema de los precios. “Las acciones tomadas por el Banco Central desde fines de 2015 han sentado las bases para una inflación declinante en los próximos años, reflejando el compromiso de la política económica de desactivar los mecanismos que llevaron a la elevada inflación de años anteriores”, dijo el informe de la institución. 

El crecimiento es además de la inflación otro de los puntos donde se concentra la política monetaria. Para el Central, según la perspectiva planteada en el informe de Objetivos y Planes 2018, la economía sentó bases sólidas para crecer en forma sostenida. “La tasa de crecimiento de la economía apunta a una expansión del orden del 3 por ciento en 2017. La economía lleva cinco trimestres creciendo al ritmo del 4 por ciento anual, sin que se presenten indicios de desaceleración”, indicó la entidad. Agregó que “el indicador de predicción contemporánea del Banco Central arroja una tasa de crecimiento desestacionalizado de alrededor del 1,1 por ciento en el cuarto trimestre, mientras que el índice líder no prevé un cambio de fase del ciclo”.

Estos niveles de expansión de la actividad, pese a que para la autoridad monetaria marcan un escenario ideal que puede prolongarse en el tiempo, no convencieron al resto del equipo económico. Hubo fuertes críticas por los problemas que la tasa de interés elevada estaba generando para las posibilidades de crecimiento de mediano plazo, en tanto que la apreciación real anotada desde mitad de 2016 fue otro de los puntos en debate. La entrada de capitales especulativos y las tensiones de la macroeconomía en el frente externo (déficit comercial record) son algunas de las consecuencias de las Lebac con rendimientos del 30 por ciento.