"El fracaso de este Gobierno dejará un nivel de destrucción productiva y laboral tan grande que es urgente planificar para lo que viene", define Martín Pollera la tarea que asumió el Grupo Atenas, que lo tiene como cofundador. Se trata de un espacio del campo nacional y popular, una usina de ideas y proyectos, que trabaja desde hace más de un año y medio en la confección de un plan de desarrollo para el país. El objetivo es generar masa crítica para una plataforma de acción transformadora de un eventual gobierno de Fuerza Patria. "Sabemos que el proyecto de Milei termina mal, tenemos que estar preparados para ofrecer mejores soluciones a la población, que nos pongan en un tren de desarrollo", agrega Pollera.
El proyecto se llama Plan Q, por plan quinquenal, en parte como homenaje a los programas de Juan Perón y en parte para resaltar la idea de la planificación como eje central del Estado que proyectan, liderando un programa integral de expansión con verdadero respaldo social, político y federal. Exactamente lo contrario a lo que ocurre por estos días con el gobierno de Javier Milei, entregado en concesión a la Casa Blanca.
El Grupo Atenas tiene ADN peronista, pero prefiere resaltar la búsqueda de consensos con perfil técnico. Se reúne no solo con los "propios", sino con líderes de cámaras empresarias, entidades del campo, de la producción. Lo integran 40 profesionales de distintas disciplinas: economistas, abogados, sociólogos, arquitectos, ingenieros, especialistas en energía y demás áreas críticas, con trayectoria en la gestión pública, en las universidades y en el sector privado.
Lo coordina Silvina Batakis, ministra de Hábitat de la provincia de Buenos Aires. Pollera es el director ejecutivo. Ambos trabajaron en el Ministerio del Interior con Wado de Pedro en el gobierno anterior, en la confección del Plan de Desarrollo Federal. Pero en el grupo hay referentes de La Cámpora, el Movimiento Evita, de gobernadores, ex gobernadores, universidades, organizaciones sociales y sindicatos.
Cristina Kirchner, Máximo Kirchner, Sergio Massa y el propio Axel Kicillof saben de su trabajo, con varios se han reunido, y lo tienen en el radar, lo mismo que sindicatos, el Plan Fénix de la UBA y demás centros de pensamiento del peronismo.
La trampa de Trump
Todos están en máxima efervescencia estos días, ante lo que el candidato Jorge Taiana definió como "una entrega de autonomía y soberanía inaceptable", por el acuerdo de Milei con Donald Trump, del que todavía se sabe poco y nada, y cuyo único informante es el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent.
"Estamos trabajando en la confección de un Plan Quinquenal, que llamamos Plan Q", presenta su iniciativa el Grupo Atenas. "Buscamos realizar contribuciones para un plan de desarrollo económico que brinde oportunidades para nuestro país, aprovechando la sinergia entre recursos, tecnología e innovación, potenciando la economía del conocimiento e incorporando la inteligencia artificial a los procesos productivos y de servicios, agregando valor a las economías provinciales y regionales", resumen.
El contundente resultado electoral del 7 de septiembre en Buenos Aires "refleja que la sociedad necesita una salida distinta: productiva, federal y con planificación. No alcanza con la especulación financiera; se necesita un proyecto de desarrollo con anclaje en el territorio", completan.
Documentos
Uno de los aspectos más atractivos de la iniciativa es que parte de un espíritu crítico, y autocrítico, de lo que ha sido la gestión de los últimos gobiernos. No solo el actual y el de Mauricio Macri, sino también el de Alberto Fernández y el de Cristina Kirchner, de los cuales la mayoría de los participantes del Grupo Atenas formaron parte. La propuesta apunta a reconocer las razones de los fracasos o errores en cada caso y plantear alternativas que permitan alcanzar resultados superadores, lo cual juzgan imprescindible en un mundo que se mueve a toda velocidad y expone al país cada vez más al riesgo de perder el último tren.
"Estamos en medio de una revolución industrial tecnológica, con el despliegue de la inteligencia artificial, en transición energética, con cambio climático, en un mundo multipolar. La Argentina necesita desesperadamente acordar el rumbo para definir su modelo de crecimiento y su rol estratégico en ese mundo. Eso es lo que estamos discutiendo", explica Pollera.
"Estamos convencidos que a la fuerza del mercado hay que sumar la planificación estratégica del Estado, que marque el rumbo, le imprima equidad, genere igualdad de oportunidades y lleve soluciones allí donde el mercado no llega", define.
Una de las tareas encaradas son planes de desarrollo muy detallados y específicos para cada provincia y región del país, con las obras de infraestructura necesarias para su realización.
Para eso, advierte Pollera, es prioritario juntar dólares, para que el carro no quede delante de los caballos. "Las reservas del Banco Central tienen que ser el 15 por ciento del PIB. En este momento serían unos 80 mil millones de dólares", precisa el economista platense, más del doble que el nivel actual.
Del desacuerdo al acuerdo
"Si miramos la trayectoria de la economía argentina de las últimas décadas, podemos hablar de una macroeconomía del desacuerdo. En los últimos cuarenta años no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo respecto al modelo de desarrollo, los ejes del crecimiento económico y el rol de la Argentina en el mundo", diagnostica el Grupo Atenas.
"La macroeconomía del desacuerdo se ha convertido en un verdadero escenario de marchas y contramarchas donde cada nuevo gobierno que asume pretende refundar el país, barajar y dar de nuevo, como si fuese posible cada cuatro años volver a discutir el estado incipiente de acumulación originaria que los países necesitan para encarar los procesos de desarrollo", señala.
Se plantea lograr equilibrio fiscal y superávit externo como condición de base. Y acordar con los Brics y reflotar el Mercosur para ganar escala y apoyo crediticio.
Propone utilizar como base para el despegue a sectores de la energía, los hidrocarburos, la minería, el complejo agro industrial, la industria, la economía del conocimiento, las economías regionales, el turismo. Son sectores que ya ha identificado el gobierno anterior en la elaboración de un plan productivo al que se le reconocen méritos importantes, aunque le faltó músculo político y articulación con los actores para llevarlo a la práctica.
Eso es lo que el Grupo Atenas está empeñado en modificar, para que las ideas no queden solo en el papel y se materialicen.
"Nuestro futuro no puede quedar a merced de decisiones improvisadas ni coyunturales. El Plan Q es una construcción permanente; una hoja de ruta basada en desarrollo sostenible, inversión y crecimiento equitativo", concluyen, para subirse al ring de la batalla cultural.