Desde Santa Fe.

La fiscal Cristina Ferraro reveló ayer la cara más cruel de la violencia de género. El autor de los cinco femicidios vinculados en el barrio Santa Lucía, Facundo Solís, tenía un plan criminal contra su ex pareja Mariela Noguera, de 35 años y la familia de ella, que consumó con el arma reglamentaria que le puso en la cintura el Servicio Penitenciario de la provincia. Porque primero acribilló a la hija mayor de su ex compañera, Ailén Soto, de 19 años y a su novio, Joel, de 20. Luego llamó por teléfono a Mariela para decirle lo que había hecho y que "iba a continuar con el resto de la familia". Y cuando ella volvió desesperada a su casa, se encontró que Solís ya había asesinado a su madre, Carmen Loseco de Noguera, de 70, y a su hermana menor, Sonia Noguera, de 30. Mariela cayó en la vereda y quedó herido un sobrino de 17 años, hijo de Sonia. "Violencia psicológica" y "violencia física" con "el propósito claro de causar el mayor sufrimiento", dijo Ferraro, quien confirmó que Noguera había denunciado el 3 de diciembre a Solís, pero después no instó la acción penal. "Lo terrible es que siempre llegamos tarde. Si Mariela hizo la denuncia y no siguió adelante es porque se sintió presionada, como ocurre con la mayoría de las mujeres", dijo la secretaria de Género de la CTA, Elsa Splendiani. 

 

“Es terrible que siempre lleguemos tarde. Si Mariela hizo la denuncia y no siguió adelante es porque se sintió presionada".

 

Ferraro acusó a Solis por cinco "femicidios vinculados" de Mariela, su mamá, su hermana, su hija y su yerno. Y la "tentativa de femicidio vinculado" del hijo de Sonia. "Esta calificación implica" que hay pruebas que Solís "cometió los cinco hechos con el propósito claro de causar el sufrimiento de Mariela, que era su pareja", explicó la fiscal. Según Ferraro, Solís desplegó un plan, en el que distinguió cuatro momentos:

Cuando se le preguntó si había denuncias previas, Ferraro contestó: "Lo que consta en la investigación es que Mariela realizó una denuncia" por violencia de género, el 3 diciembre. Pero luego decidió "no instar la acción penal", por lo tanto, "los fiscales no pudieron superar ese obstáculo porque no pueden actuar de oficio. No había ninguna medida de restricción y tampoco botón de pánico", aclaró.

"Lo que nos parece terrible es que siempre llegamos tarde", dijo la secretaria de Género de la CTA, Elsa Splendiani (dirigente de ATE y de Ni Una Menos). "Tenemos que cuestionarnos que las cosas se están haciendo mal desde el Estado y desde la Justicia". El día de la audiencia imputativa, "nos asombró la gran protección policial" que tenía el "femicida", lo blindaron "de tal manera que ni siquiera se le vio la cara. Si a ella la hubieran protegido la décima parte que lo protegieron a él, no hubiésemos llegado a esto", se lamentó.

"No se cumple con la ley contra la violencia de género. El portaba un arma que le dio el Estado. El mató con un arma reglamentaria. Estuvo todo el tiempo con su arma como si hubiera sido una persona inofensiva y es evidente que tenía antecedentes". Si Mariela no siguió adelante con la denuncia "estoy segura que fue porque se sintió presionada", concluyó Splendiani.