Todos los procesos reaccionarios y neofascistas incluyen prácticas racializadoras orientadas a imponer jerarquías al interior de la humanidad. Las prácticas coloniales, el esclavismo y las segregaciones lingüísticas, étnicas, fenotípicas o religiosas, han sido algunos de los pretextos para justificar el control social. El establecimiento de divisiones al interior de los sectores populares ha sido,