Mauricio Macri aceptó diluir el amarillo PRO en una alianza violeta y evitar una estrepitosa caída en medio de la polarización que enfrenta a libertarios con peronistas. Su segundo paso apunta a liderar la liga de nuevos aliados que el Gobierno necesitará si quiere aprobar el Presupuesto, además de las reformas laboral y tributaria en un Congreso que le seguirá siendo adverso después de la elección del próximo domingo.
El expresidente quiere ser una voz de consulta y partícipe del próximo Gabinete
El plan de Macri para sostener a Milei alimenta la desconfianza en Casa Rosada
Pero el líder de LLA se resiste a darle poder al titular del PRO y relativizar las banderas de su partido. El rol de los gobernadores aliados y Provincias Unidas.

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