Se votó con el bolsillo. No porque la economía personal y familiar estén bien, sino por el temor a que empeore aún más. Ese es el elemento común que, al día siguiente del triunfo nacional de La Libertad Avanza, toman los consultores que profundizan el análisis para intentar de entender qué pasó y qué expresó el electorado.
"Hubo dos emociones en pugna, el miedo y la bronca", explica el matancero Santiago Giorgetta, titular de la consultora Proyección. "En este caso, el miedo le ganó a la bronca. El miedo a otro 2001, a una nueva catástrofe social, agitado sistemáticamente desde el gobierno y nunca desmentido por la campaña de Fuerza Patria. Ganó la idea de que todo empeoraba aún más con una derrota de Javier Milei, idea para la cual Donald Trump hizo su aporte".
Consultado sobre la discusión interna acerca de la importancia del desdoblamiento, Giorgetta lo relativiza. "La derrota fue nacional, entonces hay que buscar las causas en ese mismo plano. El peronismo perdió pocos votos respecto de septiembre. La novedad fue la remontada de La Libertad Avanza, basada en el antiperonismo que fue a votar masivamente aunque no lo dijo en las encuestas", señala.
"En la última encuesta, teníamos una diferencia de siete puntos de diferencia a favor de Fuerza Patria, pero en las últimas semanas hubo una suerte de espiral del silencio porque hasta los comunicadores más afines al gobierno empezaron a pegarle duramente. Eso explica por qué, evidentemente, hubo un voto vergüenza a favor de Milei", asegura el consultor a Buenos Aires/12.
Giorgetta agrega que los resultados también demuestran que "fracasó la idea de que se podía ganar silbando bajito, por debajo del radar y sin hacer campaña". "Sobre todo cuando, después de los escándalos que escalaron en los últimos meses, La Libertad Avanza recondujo su estrategia y empezó una campaña muy intensa, con Diego Santilli a la cabeza", destaca respecto al momento en que el candidato libertario se hizo cargo de reemplazar a José Luis Espert y empezó a trabajar para, según sus propias palabras, descontar distancias con Fuerza Patria, a quienes presentaba como seguro ganador.
El consultor sostiene, a modo de hipótesis, que la quietud del peronismo fue parte de una serie de decisiones tomadas no con el foco en la captación de nuevas voluntades sino en el mantenimiento del precario equilibrio entre los distintos campamentos. Eso funcionó como tope en las posibilidades de triunfo para el oficialismo provincial.
La irrupción del Tesoro de los Estados Unidos en la economía nacional también es analizado como elemento destacado en el análisis de Giorgetta, que no entiende que centrar el debate en la defensa de la soberanía haya dado sus resultados. "Buena parte del electorado está precarizado y eso significa que no son soberanos ni siquiera sobre su propio cuerpo o su tiempo. No pueden decidir ni siquiera cuando descansar o pasar tiempo en familia. En consecuencia, la idea de una soberanía nacional, les queda muy abstracta, demasiado lejana", consideró.
Claudio Righes es uno de los directores de Indaga. Coincide con la idea del "voto vergüenza" y con el temor de los sectores medios empobrecidos a que una nueva devaluación los hunda aún más. Sin embargo, pone la lupa en otras cuestiones.
"Aunque le fue bien, Milei no tiene mayoría legislativa propia. Debe construirla y esa clase de acuerdos no forman parte de su naturaleza", explica mirando al futuro. "Su discurso de no volver al pasado prende fuerte, y obliga al justicialismo a renovarse para poder enfrentarlo", agrega mientras anota que, en todo el país hubo unos diez millones de argentinos que no fueron a votar.
Para Righes, salvo en Mendoza y en la Ciudad de Buenos Aires, los triunfos libertarios fueron ajustados. "A diferencia del voto antimilei, que está muy consolidado, el suyo es más utilitario y volátil. Esto lo obliga a mostrar resultados económicos, que es lo que espera su electorado, porque de lo contrario va a tener un 2027 difícil", advierte.
Este planteo está en sintonía con los dichos de Gustavo Córdoba, de Zuban Córdoba, que sostuvo que "no se trató de un voto premio sino de un voto prórroga", sintetizado en el slogan de campaña "que el esfuerzo valga la pena". Ese concepto es la continuidad de un tópico común a los gobiernos liberales, según los cuales el sufrimiento presente es condición necesaria para el bienestar futuro.
De ahí vienen frases como "el segundo semestre", "estamos mal pero vamos bien" y el ya lejano "hay que pasar el invierno". Se trata de una idea pregnante por lo simple y porque tiene una fuerte raigambre judeocristiana.
Pablo Romá, sociólogo de la UNLP y director de Circuitos agrega otro factor. "Todo lo que se sumó de participación fue a parar a La Libertad Avanza. Una parte del electorado se movió por antiperonismo, pero otra lo hizo por temor a un castigo de Milei en caso de que los electores votaran en una dirección opuesta a la propuesta por la Casa Rosada", dice.
Proyectandose a 2027, Romá dice que el resultado provincial también golpea a la candidatura presidencial de Axel Kicillof. "Es una suerte de bajada a tierra, el peronismo tiene que construir una alternativa, pero su responsabilidad central hoy es representar a ese treinta o treinta y cinco que no quiere saber nada con este modelo", dice.
Tomás Banchero, fundador de la consultora Trends, cuenta que en las últimas semanas ya se veía a La Libertad Avanza recortando diferencias, pero no se esperaba este resultado. "Con el diario del lunes, es evidente que la estrategia peronista de quedarse quietos para exponer los papelones libertarios no funcionó", rescata.
Banchero también pone el ojo en la comparación con el 7 de septiembre pero advierte sobre la multicausalidad del resultado del domingo. "Es cierto que los intendentes se quedaron sin nafta porque se jugaron todo a septiembre. Ese es un punto para Cristina en su discusión con Axel. Pero también es cierto que la gente no se sintió igual de interpelada que en la elección local y provincial", advierte poniendo el ojo en la cercanía y la identificación del electorado a la hora de discutir temas que son más cercanos a su agenda cotidiana.
Banchero resalta otras dos cuestiones. Dice que la elección de septiembre funcionó como una PASO de la nacional que, a diferencia de septiembre, no hubo terceras opciones competitivas, como en su momento fue el armado de Hechos, de los hermanos Passaglia o Somos. "Como sea, ahora el peronismo tiene la necesidad de reconfigurarse", sentencia.


