“En la actualidad la Estación Transformadora de Quequén se encuentra saturada en su capacidad de potencia de 15 MVA, es así desde hace algunos años, lo cual implica tener que restringir la demanda de potencia a usuarios del complejo agro industrial y las terminales de carga de Puerto Quequén y también a algunos residenciales”, explica Carlos Stadler, ingeniero técnico de la cooperativa local a Buenos Aires/12. Así, comienza a tomar forma el porqué de una obra de infraestructura clave que busca revertir años de limitaciones energéticas en el partido de Necochea y su zona de influencia.

La decisión del gobierno bonaerense de construir una nueva Estación Transformadora (ET) de alta tensión en Quequén responde a una necesidad estructural basada en que el sistema eléctrico actual opera al borde de su capacidad, impidiendo tanto el crecimiento industrial como el desarrollo urbano sostenido. La inversión, estimada en 25 mil millones de pesos, será financiada en un 76 por ciento por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y en un 24 por ciento por la Provincia de Buenos Aires. La obra beneficiará de forma directa a cerca de 17.000 personas e indirectamente a toda la región productiva y portuaria.

El puerto de Quequén, uno de los más importantes del país por su capacidad de calado, sus 6 muelles y 11 sitios de atraque, tiene su expansión frenada por una infraestructura eléctrica insuficiente. Actualmente, tanto la demanda domiciliaria como la industrial se abastecen desde dos estaciones trasnformadoras Quequén y Necochea. Esta última debe suplir la demanda residencial a través de redes de media tensión que cruzan el río Quequén, una solución transitoria que, desde lo técnico, representa una dificultad operativa significativa.

El proyecto comenzó a gestarse en 2017, cuando la Cooperativa local presentó la necesidad de ampliación a TransBA S.A., empresa operadora del sistema troncal de distribución de la Provincia. Como las obras de alta tensión requieren aprobación nacional, se iniciaron las gestiones con la Secretaría de Energía de la Nación. Sin embargo, fue el gobierno provincial quien tomó la posta, incorporando el proyecto a su plan de infraestructura energética y consiguiendo el financiamiento internacional necesario para materializarlo, cuyas gestiones se demoraron por la pandemia y el contexto nacional posterior a 2023, según informan desde el gobierno bonaerense.

“El rol de la Provincia de Buenos Aires resulta esencial para esta obra. Sin su gestión y sin el financiamiento del CAF, no podría ejecutarse, máxime cuando transitamos muchos años de emergencia energética con congelamientos tarifarios que fueron en detrimento de la calidad del servicio”, subraya Stadler.

La nueva estación se construirá en un predio propiedad de la Cooperativa, lindero a la actual Estación Transformadora Quequén, y ubicado en el centro de carga eléctrica, lo que permite abastecer de forma equidistante a la mayoría de los usuarios con mayor demanda. La nueva infraestructura tendrá una capacidad de 2 transformadores de 30 MVA cada uno (2 x 30 MVA), lo que representa una duplicación respecto a los 15 MVA actuales. Esto no solo permitirá atender la demanda actual, sino también habilitar nuevas conexiones industriales, comerciales y residenciales, hoy imposibles por falta de potencia.

“Permitirá abastecer la demanda actual insatisfecha y posibilitará la radicación de industrias, trayendo trabajo al partido de Necochea”, sostiene Stadler. La Usina Popular Cooperativa de Necochea "Sebastián de María" -fundada en 1934- es la empresa distribuidora de energía que presta servicio a unas 47.000 conexiones en Necochea, Quequén y un radio rural de 40 kilómetros. La obra significará una mejora sustancial en la seguridad operativa del sistema, eliminando la dependencia de líneas vulnerables que cruzan el río, de acuerdo al ingeniero.

La importancia de la obra también fue resaltada por Gastón Ghioni, subsecretario de Energía de la Provincia. “Avanzamos en Quequén, principalmente porque es una zona donde está el puerto y nos encontramos con una restricción importante ya de potencia para el crecimiento del puerto, incluso para que pueda crecer toda la zona negociada hasta en términos productivos, nuevos proyectos, desarrollos industriales”, argumentó.

El funcionario detalla que la obra forma parte de un paquete de proyectos financiados con fondos internacionales que fueron gestionados durante la presidencia anterior. El crédito incluye otras dos obras en curso en Guaminí y Chivilcoy. A pesar del contexto económico adverso y del ajuste fiscal impulsado por el gobierno nacional, la Provincia pudo avanzar porque ya contaba con los avales necesarios y los fondos fueron asegurados previamente, según Ghioni.

Desde lo técnico, la situación actual es frágil. La única conexión en 132 kV que alimenta la Estación Transformadora Quequén proviene de la línea entre Necochea y Vivoratá. Cualquier falla o mantenimiento en ese tramo deja fuera de servicio a la estación, interrumpiendo la actividad portuaria, incluyendo procesos continuos como los de las aceiteras Viterra y Renova. La ampliación permitirá anillar la estación transformadora a esa línea, garantizando redundancia, es decir, si un ramal cae, el otro podrá mantener el suministro.

“Con la ampliación, la Estación Transformadora Quequén quedará anillada porque al aumentar la potencia de transformación, se acaban las restricciones de demanda y se permite el crecimiento de la misma”, señala Stadler. Esta mejora es fundamental para consolidar la proyección del puerto y de toda la actividad económica asociada.

Desde el punto de vista del desarrollo regional, las implicancias son significativas. La obra abre la posibilidad de atraer inversiones industriales, potenciar el turismo que desde principios de 2024 viene en picada en toda la zona costera y acompañar el crecimiento habitacional en una zona con fuerte expansión. El distrito también cuenta con energía sustentable del Parque Eólico Vientos de Necochea y una central térmica operada por Buenos Aires Energía S.A., que, según Stadler, debería ser modernizada para estar a la altura de las nuevas demandas.

A la par, Ghioni remarcó que esta iniciativa no es aislada, sino parte de un plan provincial para fortalecer la infraestructura energética en zonas que presentan mayores atrasos. También señaló que se está desarrollando un banco de proyectos con 16 obras listas para ser licitadas cuando haya financiamiento disponible, lo que permitiría replicar este tipo de inversiones en otras regiones.

En el actual contexto de recortes, la intervención de la provincia cobra mayor peso. Según dice Ghioni, “el gobierno nacional de Milei dio marcha atrás con una licitación por 3.000 MW de generación térmica ganada por la Provincia en 2023. En su lugar, se lanzaron proyectos de baterías para el AMBA, pero no se incorporó nueva potencia”. Esa reversión dejó sin efecto un plan que incluía generación propia en la costa atlántica, lo que hubiese reforzado aún más la seguridad energética del sistema.

La obra en Quequén, en cambio, avanza. Si bien no estará concluida de inmediato -Ghioni estima que demandará varios meses de ejecución por los estudios y normas de seguridad que deben tomarse-, el proceso ya está en marcha, con el contrato firmado y las tareas de ingeniería en curso. Se trata de una infraestructura de largo plazo, pensada no solo para responder a la demanda actual, sino para acompañar el desarrollo económico y social de las próximas décadas.

“De no concretarse esta obra, las consecuencias ya las estamos viviendo. Sin energía no hay crecimiento. Esperamos que con la decisión tomada de adjudicar esta obra por parte de la Provincia, poder visualizar en el futuro cercano el desarrollo que los habitantes de esta zona de la provincia y el país necesitan”, completa Stadler.