En un giro que los defensores de derechos civiles han calificado de alarmante, la Corte Suprema de Texas dictaminó que los jueces estatales pueden negarse a oficiar ceremonias de matrimonio de parejas del mismo sexo amparándose en sus creencias religiosas. Con esta decisión, la igualdad matrimonial en el estado del sur estadounidense queda expuesta a tensiones profundas entre libertad de conciencia e imperativo de trato igualitario.