Matriz energética nacional
"¿Cómo está Argentina en la transición energética? ¿Qué tipo de energía producimos? ¿Cómo nos ubicamos frente al resto del mundo? ¿Cómo cambió la forma en que producimos energía en las últimas décadas?", se pregunta el think tank Fundar. A continuación, las principales conclusiones del informe.
*La mayor parte de la energía que consume Argentina proviene de combustibles fósiles. En 2024, el carbón, el petróleo y el gas natural representaron el 82,6% de nuestra matriz energética primaria. Esto indica que somos un país con alta dependencia de fuentes intensivas en emisiones de carbono, responsables del calentamiento global.
*Sin embargo, hay un matiz importante. Dentro de las energías fósiles, Argentina tiene una particularidad favorable: bajo consumo de carbón y alto consumo de gas natural. En 2024, el primero representó apenas el 1% de la producción de energía, mientras que el gas natural alcanzó el 46,8%. A modo de comparación, a nivel mundial el carbón representa el 26,2% y el gas natural solo el 23,6%.
*Esta composición no resulta inocua, ya que no todos los combustibles fósiles generan la misma cantidad de emisiones. El carbón es el más contaminante, mientras que el gas natural emite aproximadamente un 50% menos de dióxido de carbono para generar la misma energía. Por eso, aunque Argentina tiene una matriz mayoritariamente fósil, su perfil es "menos sucio" que el de países como China, India o Sudáfrica, donde el carbón es predominante".
*El petróleo representa el 34,8% de nuestra matriz, completando el panorama fósil. Las energías limpias (es decir, bajas en emisiones) representa el 17,4% restante, fundamentalmente la hidroeléctrica, eólica, nuclear y, en menor medida, solar.
*En 1965, el petróleo era predominante en el consumo energético anual de Argentina, con el 84% de la matriz. El gas natural, por el contrario, representaba apenas el 13%. Sin embargo, a partir de mediados de la década de los ‘80, el gas natural comenzó a incidir considerablemente más, con un crecimiento que se mantuvo en los años siguientes. Para 1995, el gas natural ya había desplazado al petróleo como principal fuente. Esta tendencia se consolidó en la década siguiente: para 2005, el gas llegó a explicar el 50% de la energía del país. Desde entonces, siempre estuvo por encima del 45%, ubicando a Argentina entre los 15 países con mayor peso del gas en la matriz.
*El despegue de las energías limpias en Argentina se produjo en los años ‘70 y ‘80, producto de la puesta en marcha de grandes centrales hidroeléctricas (como Salto Grande y El Chocón) y nucleares (Atucha I y Embalse). Ese impulso nos llevó a tener, en 1985, un 15,3% de energía limpia en nuestra matriz, superando el 11,9% de la media mundial.
*A partir de entonces, el porcentaje de energías limpias en la matriz se mantuvo estancado por casi 30 años. La razón principal fue la escasez de inversiones en hidroelectricidad y nuclear, el mayor desarrollo relativo del gas y la demora en la puesta en marcha de proyectos en energía eólica y solar, que recién cobró cierto impulso a partir de 2016, producto de políticas públicas como el RenovAr. La lentitud de esta transición hizo que, desde 2010, el mundo superara de manera sistemática a la Argentina en la proporción de energías limpias dentro de la matriz.


