Con un incremento estimado en 2,4 por ciento en diciembre, los precios acumularon una suba del 25,2 por ciento a lo largo del año pasado. Las estimaciones para 2017 realizadas por el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) de la UMET fueron 8,2 puntos porcentuales por encima del techo de 17 por ciento previsto en las frustradas metas del Banco Central. Los aumentos promedio de los precios para los trabajadores asalariados registrados ascendieron hasta el 27,3 por ciento el año pasado. Si bien el guarismo es menor al 40,7 por ciento de 2016 es superior al registro del 26,7 por ciento promedio observado en 2015. Los datos muestran que entre los jubilados, en cuya canasta de consumo tienen mayor incidencia rubros como salud y servicios públicos, la inflación acumulada en los últimos doce meses alcanzó a 28,5 por ciento. Pasado mañana se conocerán los resultados del IPC del Indec. Los responsables de las mediciones de la UMET proyectan aumentos de precios del orden de 21 por ciento durante 2018.

A lo largo del año pasado la inflación estuvo impulsada por las fuertes subas en las tarifas de gas, electricidad y, en menor medida, agua que impulsaron un salto del 52,7 por ciento en el rubro “Vivienda y sus servicios”. De la mano de los aumentos en las cuotas de las escuelas privadas el ítem “Educación” marcó un alza del 29,3 por ciento mientras que el rubro “Salud” se encareció 26 por ciento por los ajustes autorizados a las empresas de medicina prepaga. El alza de “Alimentos y bebidas” estuvo alrededor de 5 puntos por debajo de la media del indicador con una suba del 20,5 por ciento. “Mantenimiento del hogar” e “Indumentaria” fueron los rubros con menores ajustes (15,2 y 11,8 por ciento, respectivamente). “Ello se explica por la combinación de apertura comercial con apreciación cambiaria que disciplina los precios en esos sectores aunque a costa de la producción y el empleo local”, señala el informe del IET-UMET. 

El relevamiento difundido ayer ofrece una estimación sobre la intensidad de la inflación entre los distintos segmentos de la población asalariada. De acuerdo a las mediciones de los investigadores, en 2017 los aumentos fueron más fuertes entre el 10 por ciento de los trabajadores de menores ingresos que experimentaron una suba del 28,2 por ciento mientras que los asalariados en la cúspide de la pirámide distributiva registraron un alza del 23,7 por ciento. De acuerdo al documento del IET, el primer decil de ingresos acumula una escalada del 96 por ciento desde noviembre de 2015 mientras que el sector de mayores ingresos arrastra una suba del 74 por ciento.