Pasan cosas en Canadá. Cosas que se filman y circulan en el universo del arte y que se pueden ver en el Club Cultural Matienzo (Pringles 1249) como parte del ciclo Arte Mediático Canadiense, curado por el Colectivo Toronto. La exhibición de cortometrajes se extenderá hasta mañana viernes y constará de cuatro programas: It’s Queer Up North, Experimenta Canadá, Errores de la vida, y Proyecciones. El primero explora el universo queer en ese país y el segundo la escena experimental. El tercero, en tanto, es una retrospectiva de la obra de Nicholas y Sheila Pye y el último una selección de cortometrajes en torno a distintos ejes temáticos (lo indígena, paisajes, cuerpo y animaciones). La muestra está curada por los argentinos Guillermina Buzio y Hugo Ares, y contará con la participación de la realizadora canadiense Meé Rose, directora, performer y protagonista de Fluff Film.

“En el Colectivo Toronto básicamente hacemos diseminación de arte, curaduría y organizamos talleres”, cuenta Buzio a PáginaI12 en la previa de la primera jornada. Ambos trabajan desde hace más de una década en la región anglófona de Canadá y buscan acercarse a Buenos Aires como una forma de “quebrar el eje de intercambio que el canadiense tiene con Nueva York, París y Londres”. Ambos, explica Ares, pasaron también por el festival Alucine, vinculado al arte visual Latinoamericano.

–¿El núcleo de trabajo del grupo es el videoarte?

H.A.: –En caso de presentaciones internacionales hacemos proyecciones o videoinstalaciones porque es menos complicado que el traslado de obra. En Toronto podemos acceder a una galería y trabajar con artistas plásticos, si bien el colectivo está más dedicado a las artes multimediales, no nos privamos si conocemos a algún performer o a alguien que se dedique a las artes transdisciplinarias. Porque hoy en general los artistas jóvenes vienen de las artes visuales, o del sonido, la performance. Nuestro background es en artes visuales, en programación de cine independiente. Nuestro énfasis principal es en la parte más mediática.

–¿Cómo es esa escena allá? ¿Qué traen a mostrar de ella aquí?

G. B.: –Para esta selección específica creo que lo más interesante es que es trabajo muy diverso, heterogéneo en relación al soporte que usan, hay animación, fílmico, película intervenida, video y otras. En ese sentido es bien diverso. Y también es bien diverso en cómo se abordan las diferentes temáticas. Por un lado lo queer, lo experimental, las proyecciones. Otros tienen un costado más performativo en la relación del cuerpo con la cámara, otros son más experimentales, otros son más relaciones personales e íntimas, otros ficciones, creo que lo que estamos presentando ahora es como un panorama, pequeñas historias en video y film. Después, por otro lado, la retrospectiva de Nicholas Pye y Sheila Pye ya es mucho más formal, tienen una temática más performativa, una cosa de trasfondo hasta teatral con la puesta en escena.

–Destacan especialmente las secciones Queer Up North por un lado y Experimenta por el otro. ¿Por qué funcionan como ejes independientes?

G. B.: –Mucho de lo de Queer Up North son experimentales en su forma, y muchos de los que participan en el Experimenta pensaban que estaban en el queer, porque muchos son queer. La comunidad allá es muy grande y hay mucha producción. Algunos usan la temática específica, otros no pero son parte de eso. Lo separamos para hacer dos programas de cortos, porque creemos que desde el lado experimental funciona mejor que hacer todo un gran programa de una hora y media que se vuelve un poco denso de digerir, pero aparte porque uno tenía ese toque queer, con cosas más divertidas o más trágicas, pero el otro tenía más la cosa experimental en sí.

H. A.: –El programa queer tiene más contenido con la temática, en diferentes estilos de cine, técnicas, a su vez también los artistas se identifican así. No necesariamente tienen que ser gays, el queer es un concepto más abierto, si se quiere de ser un poco diferente. Los experimentales se centran más en la técnica, en la realización, cómo el realizador trabajó el film, su concepto, cómo está presentado.

G. B.: –Por otro lado tenemos las proyecciones monocanal en loop y están separadas en contenidos: aborigen o indígena, paisajes, animación y el cuerpo, donde está el trabajo de Meé Rose, que es básicamente performativo.

M. R.: –Fluff Film es acerca del amor propio, de saber protegerse, de cómo a veces nos descuidamos. Yo lo veo, lo pensé, como algo que puede servir para sanar.

–¿Cómo entra en juego el sadomasoquismo en el video?

M. R.: –Me filmé clavándome pequeñas agujas en mi estómago, una práctica común del BDSM. Eran agujas con bolitas de algodón en la punta, así que al terminar tengo toda la panza cubierta de ello, y es una forma de ver la sanación hacia adentro. Es performático en cómo lo uso y quería darle la oportunidad a otros, a través del video, de verlo como yo lo hago, en su sentido liberador.