Desde 2016, la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) hace “feriazos” y “verdurazos” callejeros. Un cara a cara de productores y consumidores donde se ven, reflejan, conocen sus manos con tierra en Plaza de Mayo o Congreso. Quien consume siente las huellas del que produce. Un hecho relacional que genera lazos, vínculos e historia. No es menor en una ciudad donde nos conocemos poco.

El “verdurazo” se impone en la agenda pública y evidencia la problemática de los pequeños productores hortícolas. Como hecho comunicacional, nos da pistas para analizar la comunicación en los procesos de producción y comercialización. El último fue el 27 de diciembre de 2017 en Plaza Congreso. Allí, los productores entregaron 20 mil kilos de verduras  a jubilados afectados por la reforma previsional. “Lo comunicacional es fundamental, se da de tal manera que modifica la realidad”, explica Nahuel Levaggi, referente de la UTT.

La organización nuclea alrededor de 2500 familias de productores del cinturón hortícola platense, donde se producen las hortalizas que consumen diariamente trece millones de personas de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. El sistema productivo, que incluye Berazategui y Florencio Varela, tiene acceso limitado a la tierra y a los servicios públicos. Más del 40% de la superficie se trabaja bajo arrendamiento. A esto se suma la disputa con la producción transgénica y las desigualdades en las condiciones de comercialización. Los productores estiman que el precio de un kilo de lechuga en una verdulería de Buenos Aires es similar al monto que reciben por un cajón de 20 kilos, de parte del intermediario.

La comunicación juega un papel determinante en estos procesos porque ningún actor de la trama productiva de producción y comercialización, comunica esta situación a la sociedad. No circula la información entre los medios masivos de comunicación ni es conocida por los ciudadanos. Una trama que tiene mucho de trampa, en la que caemos diaria y sistemáticamente por falta de información. Con esta concepción, no es posible un consumo responsable y solidario.

Las prácticas comunicacionales atraviesan el “verdurazo”. Se trabaja previamente en los territorios y en redes sociales para fortalecer y potenciar con producciones audiovisuales que registran y comunican –mediante distintos soportes– el encuentro callejero entre productores y consumidores.

Otra instancia poco trabajada es la comunicación en la etapa productiva. La UTT junto a otras organizaciones de productores, crean una propuesta agroecológica que supera a la producción convencional. Una huerta de transición agroecológica produce por mes cerca de 160 bolsones de 8 kg, con siete cultivos diferentes. Una producción de quince toneladas de verduras al año.

La UTT cuenta con un mercado popular con núcleos de comercialización y consumo, mediante un sistema de logística y comunicación cada vez más aceitado. Además, gestionan un almacén y articulan con organizaciones sociales, universidades e instituciones. El diálogo con otros actores de la sociedad entabla vínculos y promueve formas de trabajo y producción que enriquecen, amplían y modifican esta trama-trampa de producción y comercialización tradicionales.

¿Es el “verdurazo” una condición para capturar el interés de los medios tradicionales? ¿Es suficiente para producir un hecho comunicacional? Los referentes de la UTT no dudan: “la lucha también pasa por los medios”. El “verdurazo” irrumpe en la escena, se instala con sus camionetas desvencijadas de conurbano en los centros simbólicos del poder político y pone a productores y consumidores cara a cara. “Es necesario sensibilizar sobre la problemática sin herir a nadie y, de a poco, instalar el ‘verdurazo’ como concepto”. La cobertura mediática es clave para poner el tema en agenda y promover discursos sociales que disputen el enfoque de la problemática. Mientras los poderes fácticos miran de reojo.

Esta práctica de producción agroecológica, economía social y comunicación popular, disputa la agenda pública. “Es un hecho comunicacional y político que cambia la realidad e instala la problemática del pequeño productor”, reconocen en la UTT. El “verdurazo” trae en sus manos respuestas como ley de acceso a la tierra, política de crédito y producción agroecológica. Es por esto, una disputa simbólica por el sentido, una forma de intervención en la trama-trampa de producción y comercialización de productos alimenticios.

** Comunicador social, periodista y miembro de la Cooperativa Huvaití.

** Investigadora del Conicet, profesora UNQ. Autora de El poder de la agenda. Política, medios y público.