Tras casi un año y medio de tratativas, Fabio Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri, consiguió el vía libre del Banco Central para sumar otra licitación ganada durante el gobierno de Cambiemos. Fabio, hermano de Angelo, líder en la adjudicación de obra pública con el macrismo, ingresó de lleno a la actividad financiera con la adquisición del Banco Interfinanzas, de la familia Angelino, que sólo cuenta con sedes en Buenos Aires e Islas Caimán. La operación, sobre la cual no se informó el monto, fue extensamente discutida en el directorio del Central, que conduce Federico Sturzenegger, en donde se expuso el riesgo de incompatibilidad por provenir los fondos de la obra pública. El Interfinanzas mantenía una deuda de unos 10 millones de dólares con el UniCredit Bank Austria AG (ex Bank Austria Creditanstalt) luego del desprendimiento de la mitad del paquete accionario del banco por parte de la entidad austriaca, según explicó un ex director de la autoridad monetaria. La venta del Interfinanzas se había visto frenada en varias oportunidades debido a irregularidades en torno a esta deuda y la anterior administración del BCRA le había pedido informes y documentación. El primo de Macri se hizo cargo de la deuda junto con la compra de los activos de la entidad bancaria.

Fabio Calcaterra fue CEO de la compañía Farm Frites durante 18 años, una de las principales productoras de papas congeladas. El proceso de compra se remonta a agosto del año pasado, pero recién se pudo concretar la semana pasada bajo la conducción de Sturzenegger en el Central, quien aprobó la transacción. El interés por quedarse con los negocios del Interfinanzas no es nuevo, pero la viabilidad legal de la operación había hecho imposible su concreción al menos hasta el año pasado.

Durante al año pasado Calcaterra había avanzado en un acuerdo para adquirir el Interfinanzas, pero no hubo autorización del Central, debido a la situación de fragilidad patrimonial de la entidad. En las discusiones del entonces directorio del BCRA se había expuesto una serie de irregularidades detrás de esa adquisición y la propuesta que se barajaba entonces entre el presidente del Central, Alejandro Vanoli, el superintendente de Entidades Financieras, Germán Feldman, y el director Pedro Biscay, era retirarle la licencia. En ese momento, según relató un ex funcionario de ese organismo, el problema era que “había inconsistencias respecto de los procedimientos habituales contra el lavado de activos”, debido a que el banco opera con sede en el país e Islas Caimán. “Se le pedía que primero cancele la deuda y presente la documentación”, explicó.

El tema fue discutido nuevamente en el transcurso de este año y con una mayor posibilidad de conseguir aprobación oficial, Calcaterra continuó con las negociaciones con la familia Angelino. Durante el debate en el directorio del BCRA se expuso que la operación “no era conveniente por la cercanía de Fabio al presidente Macri”. También se había dejado en evidencia que no estaba bien definida la operación por el origen de los fondos y se hizo hincapié en el riesgo de que el dinero proviniera de la obra pública. A pesar de todas esas advertencias, Sturzenegger aprobó la compra.

El origen del Interfinanzas se remonta a mayo de 1971 cuando se constituyó su antecesora, Interfinanzas SACI Financiera Inmobiliaria Mandataria Agropecuaria. Fue fundada por San Mateo, sociedad conformada por Miguel Angel Angelino, José María González de la Fuente y Nicolás Ruiz Guiñazú,  en sociedad con Dow Chemical de Estados Unidos. En 1976, el Central la autorizó a operar como banco de inversión y un año más tarde como banco comercial bajo el nombre actual. En diciembre de 1988 Creditanstalt-Bankverein, de Austria, adquirió un 20 por ciento del capital, y luego, en 1990, elevó su participación al 30 por ciento, para llegar al 50 por ciento en 1996.

Luego de un proceso de diez años, que comenzó en 2002, UniCredit Bank Austria AG se desprendió de su participación accionaria y se la vendió al grupo San Mateo, de los Angelino y González de la Fuente. La operación de cesión de las acciones, perfeccionada en 2012, fue por un precio total convenido de sólo un peso. Desde el inicio del proceso (2002) el Central había solicitado a Interfinanzas la presentación de un plan de Regularización y Saneamiento que contemple la adopción de las medidas necesarias para recomponer la posición de liquidez de la entidad y que le permitan alcanzar los niveles necesarios para su operatividad. Pese a las sucesivas presentaciones, el banco continuó con malos resultados y con una deuda con su ex socio austriaco, por unos 10 millones de dólares. A raíz de estas irregularidades, la anterior composición del directorio del Central había analizado la posibilidad de “revocar la licencia” a los Angelino para operar en el sector bancario y se había negado a autorizar la venta de la entidad financiera.  

En 2013 la entonces presidenta del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, frenó el expediente en proceso de aprobación para que la Corporación América, del empresario Eduardo Eurnekian, se quedase con el banco. En ese momento, la operación fue estimada 15 millones de dólares. Con un patrocinio neto de unos 76 millones de pesos, activos por 160 millones y depósitos por 5,6 millones. De todos modos, el atractivo para los Calcaterra no pasa por los números del banco sino con la posibilidad de obtener una patente para poder desarrollar negocios en el sector financiero, un rubro en el cual hasta ahora no operaba, mientras sus familiares, incluido el Presidente, tienen casi treinta cuentas en guaridas fiscales.