Nahir Galarza declaró dos veces ante la fiscalía el día en que su novio, Fernando Pastorizzo, fue asesinado de dos tiros cuando estaba junto a su moto sobre la calle Del Valle, en Gualeguaychú.

La adolescente quiso despistar a los investigadores con su primer testimonio y dio detalles hasta de qué tenía puesto el última día que vio con vida a Pastorizzo, pero en el segundo confesó que ella mató a su pareja y para exculpar a su padre explicó cómo lo hizo. 

El sitio El Día de Gualeguaychú informó que en la segunda declaración de la adolescente ante el fiscal del caso, Sergio Rondoni Caffa consta: “Se saca primero el seguro y luego se agarra arriba. Se tira para atrás y se suelta, y con eso está lista el arma”, cuando la chica empieza a dar detalles para demostrar que efectivamente había sido ella la autora de los disparos fatales.

En su primera declaración, cinco horas después de que muriera el joven de 20 años, Galarza había asegurado que “el arma con la que lo mataron era de policía”, pero en vez de referirse a la 9 milímetros de su padre, que pertenece a esa fuerza, le echó la culpa al entorno de la víctima. “Yo sé que Fernando tenía un compañero de la escuela que tenía el papá o un tío, o un pariente, que era policía”, aseguró. En realidad, Galarza había tomado la pistola de su padre de arriba de la heladera y le había disparado dos veces a su pareja. El primer disparo fue letal y un remisero declaró que lo encontró lo encontró al borde de la muerte junto a su moto.

“Yo sé que lo encontraron por la Del Valle derecho, y conmigo nunca agarró por ese camino por donde lo encontraron”, quiso despistar la joven en su primer testimonio. Doce horas después de ese testimonio, la chica ya era la principal sospechosa y confesó. Describió con precisión cómo fueron los hechos, pero negó estar en pareja con Pastorizzo. “Estuvimos un par de años juntos, pero nos peleábamos, nos dejábamos unos días, y así, cada uno hacía lo suyo y habíamos quedado que no nos íbamos a ver y hablar más”, afirmó.

Uno de los argumentos de la defensa –y del padre– de la acusada es que la joven sufría violencia por parte de su novio, pero una pericia reciente demostró que su cuerpo no tiene marcas ni moretones que lo comprueben, apenas rasguños que pueden ser producto de sus propias uñas.

Por otro lado, Sergio Rondonni Caffa, el fiscal de la causa, negó que la joven sea trasladada a otra unidad penal. El magistrado confirmó ayer que “no hay ningún cambio” y desestimó así las versiones que circularon sobre un posible traslado de la joven, a la que el juez Javier Cadenas, del tribunal oral de Gualeguay, le rechazó el pedido de prisión domiciliaria con tobillera, tal como había pedido la defensa. “Se mantiene la decisión de que sigue en la comisaría (de Gualeguaychú)”, dijo Rondonni Caffa y precisó que los peritajes psiquiátricos de la joven se realizarán en los primeros días de febrero.

Desestimó a su vez que uno de los destinos de Galarza¡ fuera la Granja Penal 9 “El potrero”, situada a unos 17 kilómetros de la ciudad de Gualeguaychú y que tiene población mixta. “No se traslada a la granja penal porque hubo un conflicto con las mujeres y si se la lleva nuevamente a Paraná sería totalmente inoportuno”, detalló el fiscal y agregó que las condiciones de la joven detenida “no cambiarían hasta marzo”.

En otro orden, desmintió que las lesiones que presenta Galarza, y que datan de algún tiempo, provengan de golpes. “La lesión que presenta la imputada es en la entrepierna y es por fricción, no por golpes”, dijo el funcionario, que aclaró que la lesión pudo provocarse “por una serie de situaciones como puede ser rasparse en el deporte, al estar caminando, al sentarse, o rascarse”. Además explicó que la lesión tiene “veinte días de evolución” a la fecha, certificado por los médicos forenses.

El crimen fue cometido cerca de las 5 del 29 de diciembre, cuando Pastorizzo fue hallado agonizando en la calle con un tiro en la espalda y otro en el pecho, y su moto y dos cascos tirados a su lado.

El joven murió poco después y si bien Galarza primero declaró como testigo y dijo que había visto por última vez a su ex novio la noche anterior, luego se fueron sumando pruebas que derivaron en que la chica terminara presentándose a la Justicia y confesara el crimen.

Inicialmente, la joven fue alojada en la sala de asistencia psiquiátrica del hospital Centenario a pedido del fiscal, que evaluó que estaba en estado de shock al confesar el hecho, pero luego fue dada de alta y trasladada a la Comisaría del Menor y la Mujer.