Sergio Goycochea amoldó su cama de pibe con el sueño de ser futbolista. Y no solo lo consiguió, jugó en equipos grandes y es un nombre ineludible cuando se repasa el recorrido de Argentina por la Copa del Mundo que este año, en Rusia, tendrá su XXI edición. Pero cuando ya no volvió a calzarse los guantes se volcó a los medios de comunicación, donde se desempeña con soltura. 

-¿Sos ex arquero o conductor?

-Las dos cosas, ja. Este año estoy empatando mi carrera como conductor con la que fue mi carrera como futbolista, porque en el periodismo arranqué allá por el año 2000, con un programa que se llamaba Kilómetro por hora. Después seguí con Resto del Mundo, Abanderados, Club de Fans, la Noche del Diez, Fox Sports Para todos. He cubierto los últimos dos mundiales. Estoy feliz porque logré conjugar las dos pasiones, y mantenerme vigente en el medio.

-¿Cómo inciden las redes sociales en la vida cotidiana del hincha y del futbolista?

-Simple, cuando hacés algo bueno o malo, la repercusión es mucho más grande. Muchos deben recordar el cruce de Sanfilippo conmigo en la tele. Si hoy ves las imágenes, con toda la agresión que hay, eso que pasó aquella vez, hoy es un hecho mínimo. También pienso que si hubiera sucedido ahora, el hecho hubiera sido tema diario, se hubiera magnificado tanto, con debates, panelistas sentados opinando... En aquel momento el incidente duró dos días. Y se apagó. Los protagonistas tienen que aprender a convivir con eso. Es un peso más que le tienen que agregar a la mochila. 

-Bueno, el Gringo Heinze le limitó a los jugadores de Vélez el acceso a las redes sociales...

-Sí, puede ser que esté bien. No es que uno reniegue del uso de las redes sociales, porque te dan un montón de cosas, pero tenés que aprender a convivir. Por eso, es clave saber cuándo aparecer y cuándo no. Qué decir. Y qué no. Porque dos renglones que escribís al instante son juzgados por un millón de personas.