Desde Santa Fe.

Guillermo White y su primo Emilio Feresín fueron secuestrados y desaparecidos en Santa Fe, en febrero de 1977. Su hermana, María Rosa White, que lo busca desde entonces, reclamó ser querellante en la causa que investiga un campo de exterminio del Ejército cercano a Laguna Paiva, pero el juez federal Francisco Miño rechazó el pedido porque es precisamente eso, la hermana, y por lo tanto "no reúne los requisitos" para representar a la víctima. Una resolución que la apoderada de María Rosa y ex subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia Nadia Schujman apelará ante la Cámara Federal de Rosario. El Campo San Pedro está bajo la lupa desde junio de 2010 cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense descubrió una masacre: una fosa común con ocho desaparecidos en la dictadura, dos de ellos aún sin identificar a seis años del hallazgo. Un testigo que declaró en la investigación reveló haber visto otras dos masacres: la primera de unas 20 personas y la segunda, de una cantidad similar y mencionó que un suboficial le dijo que eran "subversivos" que les aplicaban una inyección y los sepultaban "en el bajo".

Miño ya demostró que tiene su propia vara con el Ejército al que permitió el acceso al expediente. En la misma resolución que rechazó la querella de María Rosa White, el juez ordenó a la Empresa Provincial de la Energía que "constate el normal suministro del servicio" al Campo San Pedro y mandó a la Policía Federal para que verifique el "consumo" que registra el medidor. Todo, por pedido del jefe del Batallón de Ingenieros Nº 1 de Santo Tomé, teniente coronel Gabriel Senmartin.

En junio, Senmartin le había solicitado al juez que levante la "medida cautelar de no innovar" en el Campo San Pedro ‑que dictó en noviembre de 2007‑ y lo habilite para "ejercicios militares", lo que hubiera significado el cierre de la investigación judicial. El 23 de setiembre, Miño desestimó el pedido, pero puso la causa a disposición del Archivo Nacional de la Memoria para que "extraiga la información que le resulte útil" y "delimite el sector" que podría quedar libre para las maniobras del Ejército.

El Foro contra la Impunidad y por la Justicia de Santa Fe le advirtió al magistrado que liberar la zona significaría "cancelar la preservación del lugar para la búsqueda e identificación de desaparecidos" y le pidió que "se retomen las tareas investigativas" lo antes posible. "Existen suficientes testimonios para pensar que en el Campo San Pedro quedan restos de muchas víctimas, a los cuales hay que rescatar del abandono y el olvido".

María Rosa White solicitó ser querellante en la investigación porque es "la familiar más cercana" de Guillermo que "se encuentra con vida". Su mamá, "reconocida madre de Plaza de Mayo de Rosario falleció hace ya muchos años, igual que su padre", relató Schujman.

La familia sabe que Guillermo White y Emilio Feresín tenían una cita en Santa Fe el 10 de febrero de 1977. Uno militaba en Vanguardia Comunista y el otro en Montoneros. Debían encontrarse en el bar Recreo Schneider, que estaba en la avenida Blas Parera al 5700, donde fueron secuestrados y desaparecidos.

La madre de Guillermo presentó un habeas corpus en el Juzgado Federal de Santa Fe y unos días después la patota secuestró a su nuera, la esposa de su hijo, Emma Stella Maris Buna. La llevaron al centro clandestino La Calamita, en Granadero Baigorria, que operaba el Destacamento de Inteligencia Militar 121 de Rosario y donde pudo reconocer la voz de su esposo. Stella estuvo secuestrada allí hasta abril de 1977, pero nunca más vio a Guillermo. 

"El juicio por el homicidio de White se realiza actualmente ante el Tribunal Oral Nº 1 de Rosario en la causa conocida como Guerrieri III y el secuestro y homicidio de Emilio Feresín se juzgará el año próximo ante el Tribunal Oral de Santa Fe", dijo María Rosa White. Y solicitó al juez ser "querellante" en la causa por el Campo San Pedro por una razón obvia: según el represor Rodolfo Constanzo "existen posibilidades concretas" de que su hermano pueda "estar enterrado clandestinamente" en el predio del Ejército porque "todas las personas identificadas hasta ahora" -tras el hallazgo de la fosa común en 2010‑ antes, habían estado secuestradas en La Calamita. Sin embargo, Miño rechazó el pedido de María Rosa porque ella es la hermana de Guillermo -y a su juicio‑ sólo podrían ser querellantes la esposa, los padres y los hijos de la víctima.