Una fiesta. Ese es el mejor modo de describir un recital de Amores Tangos. Un recital como el que ofrecerán hoy a partir de las 21 en La Tangente (Honduras 5317) para presentar su tercer disco de estudio, Frontera abierta. De la jornada participarán también el Negro Falótico, uno de sus cantores invitados recurrentes, e Ibrahim Ferrer Jr., otro compinche del grupo con quien intercambian sones y tangos. Y si la palabra “fiesta” parece alejada del imaginario tanguero, esta autodenominada “orquesta de carnaval” acerca los conceptos a fuerza de milongas y ritmos combinados. Frontera abierta consolida ese ideario y aunque sus responsables aseguran que allí sigue el sustrato tanguero, en esta placa incorporan numerosos ritmos brasileños, pero en temas compuestos por sus propios integrantes (especialmente José Teixidó y Juan Tarsia, pero también Sebastián Noya). Después de un repaso general del grupo, Teixidó y Tarsia se refugian con PáginaI12 en el fresco de su sala de ensayos para desmenuzar entre risas esta placa.

 –Parece el disco menos tanguero de todos.

Juan Tarsia: –¡Nuestro! De otros hay un montón (ríen). Bueno, sí es cierto que hay una cosa fuerte cancionística que está apareciendo. De todos modos hay una esencia, una relación tanguera.

 –¿Dónde encuentran ese fondo tanguero?

Tarsia: –Seguimos tocando milongas y seguimos haciendo tangos, pero siempre más arriba. El tema es cómo los ejecutamos, que es una forma muy personal nuestra y encontró un lenguaje. 

José Teixidó: –Igual es una característica del grupo esta relación con el tango, de ir, venir, acercarse, despegarse, buscar. Es verdad que este disco está un poco más lejos, pero nos tiene contentos.

 –¿Cómo fue el proceso de incorporar sonidos brasileños?

Teixidó: –Este disco fue una producción del grupo con su formación nueva. Juan está desde el inicio, el contrabajista (Sebastián Noya) también. Entonces el aporte de ellos hizo que la cosa fuera más para ese lado, lo más brasileño y jazzístico. La primera milonga del disco, “Nossa”, la veníamos haciendo hace rato y es el puntapié de este disco. En su concepción ya está la idea de que haya un samba reagge bahiano dentro de la milonga. Entonces creo que un poco esa cosa de milonga y ritmo brasileño gestó el concepto de este disco.

Tarsia:–Eso ya venía en cierta forma en “Parararaira”. Pero me parece que como las músicas latinoamericanas son todas hermanas, está eso de explorar los puntos en común. 

 –Se solapan.

Teixidó: –¡Exactamente! El primer desafío era preguntarnos: “che, ¿sonará una milonga al lado de un samba reagge?” Y cuando lo ensayamos acá, nos llevó mucho tiempo y ocho reescrituras hasta que dijimos “es esto” y que el samba sonaba a sambareagge. Me acuerdo decírselo al batero y su cara.  ¡Y funcionó! Ahí está génesis de este disco. Nosotros ya veníamos tocando cumbia al final del show y siempre nos preguntábamos por qué siempre tocábamos una cumbia de otro. ¿Por qué no una nuestra? Entonces un día acá salió una melodía, se la di al bajista, le puso letra y la hicimos. Y es claramente una cumbia, lo mismo el chorinho, ¿y si tocamos uno hecho por no- sotros?

Tarsia: –Este disco fue un proceso de juntarnos a tocar, estuvimos no sé cuánto tiempo, dos, tres años, de juntarnos y laburar en el material. Y estudiás, te preguntás otras cosas: ¿cómo suena un chorinho con un bandoneón? Eran experimentos. Y quedaba buenísimo.

 –¿Buscar las texturas de su formación?

Teixidó: –Claro, porque la idea era que el chorinho tuviera bandoneón y violín. No que fuese uno tocado por brasileros.

 –¿Por qué era importante hacer la composición propia y no la reversión?

Tarsia: –Creo que claramente la cumbia es un canal de expresión nuestro. Se dio de forma natural, nadie lo pensó, un día se dio y empezamos a hacerlo. ¿Y por qué esa expresión era sólo de ejecución y no de composición? ¿Por qué no hacer una cumbia? Quizás estábamos encasillados en que no podíamos. Lo mismo con los ritmos brasileños. La cosa uruguaya quizás siempre estuvo más integrada y aceptada. También hemos probado cosas que no están en el disco.

 –En el disco hay dos temas con Baila la chola, ¿cuál es su relación con la murga y con el carnaval?

Teixidó: –Desde el comienzo el nombre del grupo es “Orquesta de Carnaval Amores Tangos”.

Tarsia: –Es un festejo, una celebración. Un carnaval es la síntesis de una celebración popular. 

Teixidó: –A mí la sensación que me da es que habiendo ido a las llamadas de Uruguay, a las murgas de acá, de haber salido con las murgas, me produce cierta fascinación, mucho encanto, y por otro lado, nosotros en la ciudad de Buenos Aires tenemos un poco perdida la cosa de la celebración de carnaval. A mí los tangos que hablan del carnaval me encantan. En Amores siempre aparecieron. Y creo que la murga y el candombe es la tercera pata de este disco, que es lo Brasil-Uruguay-Argentina, esta cosa Mercosur del disco. Y otra de las obsesiones de este grupo es ver en el repertorio qué cosas pueden ir con un tango.

Tarsia: –Por ejemplo, lograr que “Los unicornios”, “Lágrimas negras” y “Nada” funcionen en un show en Niceto. ¡En Niceto! (refiere a su último recital de 2017). Un desafío.

 –En esta búsqueda, ¿hasta dónde se estiran los límites del tango?

Teixidó: –Yo creo que los límites se pueden enfocar con las cosas que están alrededor. Por ejemplo, en este disco, que es muy sudamericano, hubiera costado mucho que hubiera una cosa más balcánica como en el primero. ¿Por qué? Porque lo balcánico con un tango puede funcionar. Un chorinho con un tango puede funcionar. Pero por ahí un chorinho con lo balcánico no tanto. Entonces hay que ver hacia qué lado del universo lo expandimos. Pero creo que el tango, siendo una música folklórica como tantas en el mundo, que cuenta historias acerca de un pueblo, puede llevarse bien con muchas músicas. Además de tener una riqueza compositiva enorme. Depende qué tipos de arreglos se le hagan. En Frontera Abierta el tercer tema es una cumbia y el cuarto un tango (larga la carcajada).