El presidente Mauricio Macri y su esposa Juliana Awada recibieron a Mirtha Legrand en la residencia presidencial de Chapadmalal y almorzaron con ella, esta vez sin cámaras. A la salida del encuentro, la diva televisiva contó que conversaron “de todo un poco. Y con mucha simpatía de lo que lo critico yo en mis programas”.

Macri y Awada saben de lo que habla: tuvieron que transpirar durante una entrevista en la que ella los criticó por los niveles de pobreza y en la que el presidente no atinó a responder una pregunta sobre la jubilación mínima. No obstante, la conductora sostuvo que seguía apoyando a Cambiemos, pese a las críticas que le hacía.

Legrand fue invitada, entonces, a un convite privado del que participaron otros allegados del círculo presidencial. Una forma de tratar de firmar la paz con la influyente diva de los almuerzos. Hablando del menú: los comensales de gustaron un lenguado con zapallo y frutas. Según señalaron fuentes oficiales, Awada fue la que tuvo la idea de invitar a Legrand a la quinta presidencial, tras una sucesión de críticas de la conductora al actual gobierno.

Legrand, que está haciendo su programa en Mar del Plata por lo que no debió manejar demasiado, no llegó con las manos vacías: le obsequió a Macri una corbata importada como regalo por su cumpleaños número 59, que fue hace cuatro días. En tanto, a Awada le regaló un perfume. La acompañaba El vira, el ama de llaves de Legrand desde hace más de 30 años. 

Según contó al portal Infobae, Legrand le hizo un pedido particular al Presidente durante el almuerzo: “Le reiteré mi pedido para que ayude a la Casa del Teatro, que está un una situación crítica”, relató Mirtha. “Macri tomó nota”, dijo. “Lo pasamos muy bien. ¡Créase o no!”, sostuvo Legrand. Macri pasará el resto del fin de semana largo en Chapadmalal. Y volverá en breve para un “retiro espiritual” con sus ministros.