"El valor de la vida, de cada vida, de todas las vidas, nos llama a luchar sin descanso por ellas", señala en un comunicado el obispo católico de La Rioja, Marcelo Colombo, a raíz de la muerte del cadete de la policía Emmanuel Garay tras ser sometido a un trato cruel por parte de sus instructores. "Ningún mecanismo institucional puede arriesgar ese gran don que nos ha sido dado por Dios", dice en su mensaje el obispo riojano que ocupa la vicepresidencia segunda de la Conferencia Episcopal Argentina.

Hablando en nombre de la Iglesia Católica de La Rioja, en el mismo texto Colombo expresa  "nuestra cercanía y solidaridad con la familia del cadete Emmanuel Garay, en este momento doloroso de su muerte prematura" y envía "un fuerte y fraterno abrazo para la familia de Emmanuel". 

El joven, de 18 años, murió por deshidratación después que él y sus compañeros recién ingresados a la instrucción fueron sometidos el pasado 5 de febrero a prácticas que les provocaron graves lesiones. Doce cadetes tuvieron que ser internados y además del fallecido, otro de los jóvenes, Luis Oropel, se encuentra internado en grave estado de salud en un sanatorio de Córdoba.

"Creemos que el amor, la justicia y la paz son prioritarios en una sociedad que debe evitar subordinarlos a toda forma de violencia y errónea comprensión de la seguridad", dice el mensaje público del obispo Colombo.

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina pidió también "cuidar la vida de nuestros jóvenes, procurar con todas nuestras energías que puedan cumplir sus sueños", porque, dijo, ese debe ser "nuestro deseo y deber de adultos".