En Mendoza, un hombre mató a su ex pareja, de 25 años, el hijo y la madre de ella, de 7 y 51 años, intentó que los femicidios pasaran por muertes accidentales en un incendio; luego trató de ahorcarse en casa de su hermana, y falleció cuando era trasladado a un hospital. Contra el femicida, a quien sus vecinos de Guaymallén conocían como José Giménez pero que se llamaba en realidad José Patricio Molina, pesaba una denuncia por violencia de género radicada por otra ex pareja suya, la misma mujer a la que ayer, tras cometer los crímenes, llamó por teléfono. “Según relató esta mujer, Molina le dijo ‘me mandé una cagada, maté a tres personas’ y le dio a entender que iba a ir por ella”, informó la fiscal Claudia Ríos, sobre quien recayó la instrucción por el femicidio de Mayra Bueno y los femicidios vinculados de su madre, Mónica Outeda, y su hijo, Lautaro Valentino Vega.

“Las personas tenían varias lesiones, la mujer de 25 años en el rostro, el menor en la parte torácica y del cuello –como si lo hubieran intentado ahorcar–,  y la persona mayor, golpes en el rostro y la cabeza”, detalló Ríos. La fiscal también dio cuenta de que, de acuerdo con los vecinos de las víctimas,  en la madrugada, en la casa de Barcelona al 100 donde vivían y fueron atacadas las mujeres y el niño, se escuchaban discusiones, gritos de mujeres y la voz de un hombre.

Alrededor de las 3 de la mañana, varios llamados al 911 alertaron sobre un incendio en la casa, por lo que integrantes de la Policía local y el cuartel de Bomberos de la zona concurrieron y apagaron el incendio, que afectó al 40 por ciento de la construcción. En el interior de la vivienda hallaron a las tres víctimas, cuyas muertes constató el Servicio de Emergencia Coordinado. Inicialmente, los especialistas trabajaron sobre la hipótesis de que las mujeres y el niño habían fallecido por inhalación de monóxido de carbono, pero luego establecieron que ellas habían recibido numerosos y fuertes golpes y que el niño podría haber fallecido ahogado. La fiscal Ríos advirtió que esperaba los resultados de los estudios forenses para tener precisiones.

“Los cuerpos presentaban lesiones y golpes en la cabeza. Habían tenido una discusión, pero este sujeto seguía viviendo en el lugar. El aparentemente tiene hijos pero con otra pareja anterior”, contó la fiscal a una radio mendocina.

Luego de cometer los crímenes, Molina llamó fue a casa de una ex pareja, detalló la fiscal Ríos. Allí, el hombre “dejó una serie de elementos que se llevó desde la casa del crimen”. Luego, fue al trabajo de otra ex pareja, la misma que lo había denunciado el año pasado por violencia de género. “Según relató esta mujer, Molina le dijo ‘me mandé una cagada, maté a tres personas’ y le dio a entender que iba a ir por ella”, dijo la fiscal. Molina, luego de decir eso, se fue; con ella, “se siguen mandando mensajes por Whatsapp. Ahí fue a la casa de su hermana en Colonia Bombal donde se termina quitando la vida”.

Un hermano de Molina se había acercado a la casa de la calle Barcelona para ponerse a disposición de la Justicia; se encontraba con integrantes de la brigada de Investigaciones cuando otra hermana de ambos avisó que el entonces sospechoso –sobre quien ya pesaba pedido de captura– había intentado ahorcarse en su casa, en Colonia Bombal, de Maipú. 

Cuando los policías llegaron a la casa, el hombre aún vivía, pero presentaba signos vitales débiles y no reaccionó a las maniobras de resucitación, por lo que se dispuso su traslado al Hospital Central, aunque falleció en el camino.

Una familiar de las víctimas contó a la prensa local que Mayra Bueno había empezado a salir con Molina hacía cuatro meses, y que a él lo conocían como José Giménez.

En diálogo con medios locales, la fiscal Ríos detalló que los vecinos declararon que durante la madrugada habían escuchado “gritos, fuertes discusiones y una voz masculina” pero que recién llamaron al 911 cuando empezaron a notar las llamas en la casa, tres horas después. “Comenzaron a hablar de que escucharon discusiones y gritos recién después del hecho pero tengo entendido que no llamaron al 911”, señaló, en referencia a que tal vez una intervención temprana podría haber tenido otros resultados.

La fiscal informó, además, que en octubre del año pasado la ex mujer de Molina radicó contra él una denuncia por “amenaza en el contexto de violencia de género con respecto a una ex pareja y delito de hurto porque le robó unas pertenenencias”. Por lo demás, Bueno “no había hecho denuncias contra este sujeto, con el que convivía hace 4 meses. Si ha tenido otros antecedentes no me consta, no figuran en el sistema”, aclaró.