La policía antiterrorista británica asumió ayer la investigación del presunto envenenamiento de un ex espía ruso y su hija en el sur del Reino Unido, mientras el gobierno en Moscú desmintió cualquier tipo de participación en el incidente.

La mujer que se encuentra en estado grave en Reino Unido tras haber sido posiblemente envenenda es la hija del ex espía ruso Serguei Skripal, que también fue presuntamente intoxicado, informó ayer el canal británico BBC. 

“Debido a las inusuales circunstancias del caso, se decidió que la red de policía antiterrorista lidere la investigación, ya que tiene la pericia para hacerlo”, indicó la Policía Metropolitana. Las autoridades cerraron un restaurante, un pub y otros lugares de la ciudad de Salisbury, después de que el ex espía ruso Serguei Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, fueran encontrados inconscientes el domingo en un banco cerca de un centro comercial.

Ambos se encuentran hospitalizados en “estado crítico”, según la BBC. Una testigo, Freya Church, explicó que los dos parecían haber tomado “algo muy fuerte”.  “Ella estaba apoyada en él. Parecía que se había desmayado. El hacía unos movimientos extraños con la mano, mirando al cielo”. 

La policía considera que entraron en contacto con una sustancia desconocida. “El objetivo en este momento es establecer qué provocó que estas personas quedaran en estado crítico”, dijo un vocero de las fuerzas antiterroristas. Según la Policía, por lo que se sabe hasta ahora no hay riesgo para la población, aunque se trata de un caso “extremadamente grave”. Dos policías que están investigando el caso tuvieron que ser “tratados por síntomas menores”, según la BBC. En las investigaciones están participando también fuerzas especiales de la Policía. “Estamos hablando con testigos, tomando pruebas, haciendo exámenes toxicológicos”, señaló el jefe de las fuerzas especiales, Mark Rowley, en declaraciones a BBC4. 

Skripal, un ex coronel de la inteligencia militar rusa, fue condenado y encarcelado en Rusia en 2006 por haber espiado para el Reino Unido. Fue liberado cuatro años después para que pudiese residir en Reino Unido, como parte de un intercambio de espías de alto perfil con Estados Unidos. 

La misteriosa enfermedad del ex espía ruso hizo que surgieran comparaciones con la de Alexander Litvinenko, el ex agente de inteligencia ruso que murió en 2006 tras ser envenenado en Londres con té que contenía isótopos radioactivos de polonio, en lo que fue tildado de primer caso de terrorismo nuclear. Las investigaciones británicas concluyeron entonces que Litvinenko fue asesinado por los ex agentes rusos Andrei Lugovoi y Dmitri Kovtun. Ambos negaron esas acusaciones, evitaron ser sometidos a juicio en Reino Unido y viven en Rusia. Marina, la viuda de Litvinenko, explicó ayer a la prensa británica que tuvo una sensación familiar cuando vio las imágenes de los investigadores con sus mamelucos amarillos y escafandras buscando la sustancia que envenenó a Skripal.

Rusia, por su parte, se considera injustamente sospechosa. “No ha tardado mucho” en surgir esas sospechas, apuntó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que no comentó el caso. Aun así, Moscú está dispuesta a colaborar con las investigaciones si las autoridades británicas presentan una petición formal, explicó Peskov. “Moscú siempre está abierta a la cooperación”, dijo. Sin embargo, “no tenemos información sobre qué razón pudo haber o en qué estaba involucrado este hombre que pudiera tener conexión con ello (el incidente)”, añadió. 

Por su parte, el ex agente Kovtun, acusado de envenenar a Litvinenko, dijo que cree que en este nuevo caso podría ser parte de una conspiración en contra Rusia. “Si alguien envenenó de verdad a Skripal no es una casualidad, sino por supuesto una provocación de los servicios secretos británicos”, dijo, citado por la agencia rusia Interfax. Según Kovtun, el objetivo sería desacreditar a Rusia y a sus autoridades antes de las elecciones presidenciales del 18 de marzo.

 En cambio el líder opositor y ex campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov, no dudó en relaciona la muerte de Skripal con la de Litvinenko. “Todavía no se ha confirmado si fue asesinado, pero tras la patética respuesta británica al asesinato de Litvinenko con polonio en Londres, ¿por qué Putin no iba a volver a hacerlo?”, se preguntó el ajedrecista, un duro del presidente ruso. “El caso de Litvinenko muestra que es conveniente estar alerta.”