El lugar que antes ocupaban los dioses hoy lo ocupa tu celular. Es tu conciencia. Lo sabe todo de vos. Antes íbamos de un lado a otro dentro de nuestro cerebro.
El hombre es un “animal” de cercanía, todo lo que signifique salirse de la proximidad se presenta como una abstracción insoportable.
Hoy vuelve a ser primavera. Intensa, olorosa, desafiante. La alegría funda su patria y su bandera: celeste y blanca como una flor de cerezo iluminada a cielo abierto.
No nos dejes. Queda poco, muy poco. Llevanos con vos en este sueño eterno, contagioso. Ahora que la gente se ha puesto a comprar alegría.
Argentina fue más ante una selección de Países Bajos vulgar, desdibujada, grotesca, con ese estilo de fábrica, de serie, tan mezquino, tan alejado de sus raíces.
Para eso son los triunfos, para mirarse en el espejo y quererse un poco más.
Esta es una victoria de esas que te atraviesan el alma. Que te contagia la alegría, te endulza la mirada y te regala una sonrisa.
Un empate que dejó sensaciones bien diferentes entre un equipo que sabe lo que quiere y otro que luce mucho más vulnerable.
Rodeado de tanto color Mauricio Macri se dibuja en la foto casi en blanco y negro. ¿Acaso hay personas en blanco y negro? Abundan
Este Mundial es todo pecho y barriga, de burócrata obeso, sin pies ni rostro, con más náuseas que conciencia crítica. Un Mundial de grasa, de grasa mala.