PLáSTICA › VANGUARDIAS LATINOAMERICANAS EN EL MUSEO DE HOUSTON

Diario de las “Utopías invertidas”

La muestra inaugurada en Houston –donde el arte argentino tiene un lugar preponderante– marcará un hito en el camino de la legitimación internacional del arte de América latina.

Por Marion Helft *

El 17 de junio nos encontramos en Houston unos treinta argentinos y otros latinoamericanos del mundo del arte, entre artistas invitados (Noé, Distéfano, Graciela Carnevale, Benedit, Soto, Cruz Diez, Le Parc, Jacoby, entre otros), coleccionistas (Costantini, Gruneisen, Herlitzka) galeristas, críticos, periodistas y curiosos, con cansancio a causa del viaje y de la diferencia horaria, refunfuñando por el clima tropical (digno de los peores días nuestros) y los interiores demasiado refrigerados. Pero el malhumor cede ante la ansiedad por ver la muestra Utopías invertidas, sobre arte de Latinoamérica, organizada por el Museum of Fine Arts de Houston, con la curaduría de Maricarmen Ramírez y Héctor Olea.
Houston es una ciudad que invierte mucho en cultura: además de los dos edificios del Museo y su anexo –Bayou Bend, una hermosa casa en un parque, instalada enteramente con muebles, platería y objetos de arte de los siglos XVII y XVIII– alberga el hermosísimo museo de la colección Menil, en una construcción de Renzo Piano con anexos: la capilla Rothko, la capilla bizantina, otro edificio dedicado a Cy Twombly y una instalación de Dan Flavin.
Esa misma noche empezaron los festejos ofrecidos por los amigos del museo, muy activos y generosos. Luego el día de la prensa, los “previews” para invitados especiales, y el día 19 un simposio con un panel que compartieron Maricarmen Ramírez, Héctor Olea, Andrea Giunta, Luis Camnitzer, Rob Storr –quien fue durante 15 años curador de arte contemporáneo del MOMA de Nueva York–, la crítica Lucy Lippard, Terry Smith, del museo Warhol de Pittsburgh y Sophia Salzstein de Brasil (ver aparte).
Al día siguiente, domingo, todos volvimos de la utopía a la realidad cotidiana. Peter Marzio, el director del Museum of Fine Arts de Houston ha creado un departamento de Arte Latinoamericano en el museo y el ICAA (International Center for the Arts of America), este último para organizar simposios, promover traducciones y publicaciones bilingües sobre temas de arte latinoamericano y estudiar los movimientos artísticos y los artistas más importantes. Es decisión del director y su directorio que el arte moderno latinoamericano sea parte integral de la colección enciclopédica de arte universal del museo.
Se han hecho en lo últimos veinte años varias muestras de arte y artistas latinoamericanos. En general, los criterios eran geográficos, cronólogicos y también “demagógicos”, políticamente “correctos” o políticamente “útiles”.
Maricarmen Ramírez y Héctor Olea sostienen que Utopías invertidas “es la primera muestra de gran escala que habla de la aparición y desarrollo de la vanguardia en América latina entre 1920 y 1970. La muestra comprende más de 100 obras, de 67 artistas y grupos de artistas, de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela. Las obras ilustran un período de producción artística que va más allá de los estereotipos comunes con respecto al arte en esa región, y sin embargo extrañamente es poco conocida en EE.UU.”.
En esta muestra los curadores usaron un criterio diferente: construir un guión basado en algunos momentos importantes en el quehacer artístico, especialmente las vanguardias de los años 20 y del 60, agruparlos en 6 “constelaciones” separadas por estéticas (o antiestéticas) donde se confrontan algunas de las obras fundamentales, de distintas épocas y diferentes países, y se aprecian las relaciones de las obras en sí y entre las distintas constelaciones. En este sentido, la curaduría resultó de lectura fácil hasta para los no iniciados. Documentos, videos y pantallas con imágenes y textos completaron la presentación. Según Maricarmen Ramírez, las utopías son “no lugares”, son mundos ideales a los cuales se debería poder llegar por medio del arte y las ideas características del modernismo se recuperaron en el arte latinoamericano, no ya como arte derivativo, influenciado, marginal, etc., sino como una “contracara” o “inversión”, equivalente en la riqueza de las ideas, de las aspiraciones. De ahí el título de la muestra.
Esta exposición es una reelaboración de Heterotopías, que se presentó en el Museo Reina Sofía de Madrid en 2000-2001.
La primera constelación, Juego y dolor, ocupa un espacio amplio: la entrada a la muestra. En el centro, la obra espectacular de Berni, El mundo prometido a Juanito Laguna, además de las obras de Distéfano, Heredia, Noé, Ferrari, De la Vega, Bony, Santantonin, algunas pinturas de Arango (Colombia ) Orozco (México) y una instalación de la venezolana Beatriz Gonzales. Es el conjunto más impresionante por su mezcla de expresionismo lúdico y contenido dramático, exploración de los mitos religiosos y su uso de la parodia y alegoría. Con cierto orgullo podemos decir que mucho más de la mitad de las obras son de artistas argentinos.
“Universal y vernáculo” muestra obras de artistas que han pasado por Europa y han incorporado en el lenguaje universal simbología propia de su mundo interior y exterior. Xul Solar es una de las estrellas, acompañado por Do Rego Monteiro con sus imágenes art déco, Figari, Orozco y Siqueiros.
“Progreso y ruptura” consiste en un conjunto de obras abstractas, entre las cuales figuran nuestros artistas concretos y Madi, Arden Quin, Iommi, Kosice, Fontana, en compañía de los brasileños Oiticica y Lygia Clark, Waldemar Cordeiro, Wylis de Castro y los uruguayos Torres García, Rod Rothfus y la Escuela del Sur.
“Vibracional y estático”, que propone la representación del movimiento y la ilusión óptica, ocupa la planta alta con artistas venezolanos (Soto y Cruz Diez, Gego, Alejandro Otero) y de Brasil y también Orozco y Siqueiros.
“Mire y toque” incluye a Kosice con sus esculturas acuáticas y lumínicas; a Julio Le Parc y Palatnik, con juegos visuales; a Fontana, con sus “concetto spaziale”, asimismo a Reveron, Soto, Camargo, Schendel, Gego, Oiticia y Lygia Clark con sus experiencias sensoriales. Bellísima la reconstrucción de una obra de Cruz Diez, Cromosaturación, de 1965, otra de Cildo Meireles, Eureka/Blindhotland, 1970-75.
Por último, la sección “Críptico y comprometido” alberga las obras políticas y conceptuales de los años 60 y 70, otra vez con fuerte contingente argentino, con el Biotrón de Benedit, Tucumán arde, fotos de acciones de Graciela Carnevale y Greco; Cildo Meireles y Antonio Barrio y las conceptuales de Eduardo Costa, León Ferrari, Antonio Días, y Luis Camnitzer, y pinturas de Balmes, entre otros.
Como corolario, la decisión de crear un Departamento de Arte Latinoamericano en el Museo de Bellas Artes de Houston es tan importante, que se puede considerar uno de los hitos fundamentales en el arduo camino de la legitimación del arte de America latina y su integración en la historia del arte universal. El apoyo académico por medio de las investigaciones y publicaciones bilingües que surgirán del ICAA ayudará decididamente a dar mayor visibilidad al arte argentino y latinoamericano.
La muestra estará abierta al público hasta el 12 de septiembre.

* Coleccionista argentina de arte contemporáneo.

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Arte argentino del período concreto y Madi, como parte del capítulo “Progreso y ruptura”.
 
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