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Primero están los vecinos y después recién el ALCA

El canciller brasileño, Celso Amorin, ratificó ayer la decisión del presidente Lula de “reforzar y ampliar” el Mercosur y, en una reunión que mantuvo con el presidente Duhalde, se acordó negociar conjuntamente ante el ALCA y otros foros internacionales. Lo que todavía está verde, según confesó el canciller Carlos Ruckauf, es el proyecto de la moneda común del Mercosur, lanzada al ruedo meses atrás por el propio Lula.
Amorin participó de un seminario en Buenos Aires, organizado por la cancillería argentina y empresarios locales del Grupo Brasil, en el hotel Sheraton. “Pequeños problemas en sectores específicos (en lo comercial) no deben frenar el proceso de integración plena del Mercosur y de toda América del Sur”, destacó el canciller brasileño, quien calificó al bloque regional como “un proyecto político y estratégico de integración económica y social”.
Así las cosas, para Amorin el proceso de integración será puesto a
prueba cuando se encaren las discusiones para la conformación del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas), una iniciativa impulsada por los Estados Unidos para la expansión del libre comercio desde Alaska hasta Tierra del Fuego. En este sentido, aseguró que la voluntad brasileña es negociar como bloque Mercosur en todos los ámbitos (ALCA, Unión Europea, Organización Mundial del Comercio), aunque pareció poner en duda la real convicción del resto de los miembros en tal sentido.
“Lula dijo que tenemos mucho interés en negociar el ALCA junto con Argentina y los otros miembros del Mercosur, y pienso que debemos esforzarnos para definir una propuesta común para cuando tengamos que sentarnos a la mesa de negociación”, afirmó. La mención no fue casual. En la segunda quincena de febrero se iniciarán las conversaciones por el ALCA, y hasta el momento existirían diferencias de criterio entre los miembros del Mercosur sobre la propuesta a llevar, particularmente en lo referido al tema de las compras gubernamentales. Incluso, habría diferencias sobre la dinámica que los países miembros del bloque regional quieran darles a tales negociaciones, que en principio deberían estar concluidas en el año 2005.
“Vamos a discutir sobre tecnologías, producciones sectoriales, aranceles para bienes y servicios, y si vamos separados (a la discusión) tal vez la historia no nos lo perdone”, insistió Amorin. De la reunión, en rigor un desayuno de trabajo, participaron, entre otros, Ruckauf, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Martín Redrado, el embajador deBrasil en Buenos Aires, José Botafogo Gonçalves, y directivos de unas 200 empresas brasileñas con inversiones en el país, nucleadas en el denominado Grupo Brasil.
Luego, el canciller brasileño almorzó con el presidente Duhalde. “Argentina y Brasil no van a tener voces distintas ante todos los foros internacionales, se trate de lo que se trate”, informó el vocero presidencial, Luis Verdi, tras el encuentro. Y confirmó que ambos países habían resuelto llevar una postura conjunta, en lo que hace a bienes y servicios, tanto en las negociaciones por el Alca como en el diálogo que se mantiene con la Unión Europea por una zona de libre comercio.
Lo que no llegó a conversarse fue el proyecto de la moneda única del Mercosur. “No hemos avanzado”, confesó Ruckauf.

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Canciller Ruckauf junto a su par brasileño, Celso Amorin.
 
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