ECONOMíA › TRAS VER AL SECRETARIO DEL TESORO,
LAVAGNA VE MAS CERCA EL ACUERDO CON EL FMI

El ministro gritó “acuerdo a la vista”

La entrevista con John Snow, secretario del Tesoro estadounidense, le habría permitido a Lavagna limar las asperezas generadas en la negociación con los técnicos del Fondo. Compensaciones a bancos y ajuste de tarifas, origen del cortocircuito.

 Por Claudio Zlotnik

Después de entrevistarse una hora y media con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, John Snow, en Washington, Roberto Lavagna aseguró que la próxima semana “podría definirse” el borrador del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario. En Buenos Aires, el vocero del ministro, Armando Torres, amplió esas declaraciones. Precisó que el ministro “espera” que, en base a ese borrador, el convenio se rubrique entre “finales de agosto y principios de setiembre”. Página/12 consultó a distintas fuentes en ambas capitales y hubo coincidencia en la “buena predisposición” del Fondo a sellar el nuevo pacto. Pero, según reconstruyó este diario, el viaje emprendido por el titular del Palacio de Hacienda fue diseñado a consecuencia de los cortocircuitos en la negociación entre los técnicos de Economía y los del FMI.
Los pasos fueron los siguientes:
- La misión del FMI en Buenos Aires, encabezada por John Dodsworth, reportó la semana pasada a Horst Köhler que las diferencias en las negociaciones eran profundas. El Gobierno rechazaba un aumento en las tarifas de los servicios públicos y sacar por decreto las compensaciones a los bancos, un tema que se encuentra para tratarse en el Congreso.
- Köhler transmitió esa información a Snow. Le dijo que, así como estaba encaminada, la relación con la Argentina terminaría en un nuevo fracaso.
- El secretario del Tesoro se comunicó con Lavagna y lo invitó a una entrevista en Washington, con el objetivo de conocer de primera mano los planteos del gobierno argentino.
Este encuentro de primer nivel, al igual que el que hoy mantendrá el propio Lavagna con el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan –imprevisto, lo que obligó al ministro a postergar 24 horas su regreso–, intenta encaminar las negociaciones. La fecha tope es el 9 de setiembre, cuando existe un vencimiento impostergable de 3200 millones de dólares con el FMI.
Durante una conferencia de prensa, Lavagna calificó como “muy positiva” la reunión con Snow. Señaló que la semana que viene se redactaría el borrador del acuerdo, pero evitó dar otros detalles. Por ejemplo, si ese convenio tendrá tres años de plazo o si caducará antes, tal como están apostando en la city porteña. “Fue muy útil en términos de entender cuál es la situación real y la manera en que están progresando las conversaciones con el FMI”, expresó el ministro cuando le preguntaron sobre el encuentro, tras negar que existiesen presiones de los Estados Unidos. Minutos después, contestó con un “no” rotundo cuando los cronistas quisieron saber si se había analizado la situación de las empresas extranjeras radicadas en la Argentina. También descartó la posibilidad de un impuestazo. “En lo que sí estamos trabajando es en un importante programa contra la evasión de impuestos. Esa es la reforma más importante que tenemos por delante”, apuntó.
Lo cierto es que el incremento de las tarifas de las privatizadas junto a la compensación a los bancos, por la eliminación del CER y por los amparos, aparecen como las principales demandas del organismo. También reclama un superávit primario de 4 puntos del PBI. El Gobierno se niega a otorgar un beneficio a las compañías y dejó en el Congreso la compensación a las entidades financieras. Sobre el superávit, Lavagna pretende que sea, a lo sumo, de 3 puntos. La lista se completa con la renegociación de la deuda que el Gobierno se comprometió a iniciar a fines del mes que viene, con una propuesta formal a los acreedores.
Antes de rubricar el acuerdo, el FMI estaría reclamando la puesta en marcha de distintas medidas. Lo que en inglés se denomina “prior actions” (acciones previas). En la nómina figuran los mencionados aumentos de tarifas y las compensaciones bancarias. Como el Gobierno se opone a estos mandatos, en las próximas jornadas se sabrá quién cede en lasnegociaciones: si Washington, aceptando otra fórmula, o el Gobierno, poniendo en marcha las medidas. Una de las variables que se manejaban en el microcentro porteño daba cuenta de lo siguiente: que el FMI se diera por satisfecho con la sanción de una ley que le permita al Gobierno renegociar los contratos con las privatizadas, y en ese marco discutir un aumento de tarifas. El ministro de Planificación, Julio de Vido, le dijo a Lavagna que los senadores le prometieron dar media sanción a esa iniciativa el próximo miércoles.
Fuentes bancarias de Wall Street fueron escépticas. Manifestaron que en la última reunión de directorio, el Fondo fue muy crítico de la Argentina por sus permanentes incumplimientos en el pasado. Y ése es uno de los principales motivos que impulsan a los burócratas a ser duros en las negociaciones. Existe, no obstante, un tamiz político que influye en la toma de decisiones. Y ese contexto indica que, tras los últimos fracasos, el Fondo Monetario tiene escaso margen de maniobra para negociar. Por eso será decisivo el papel que jueguen los gobiernos de Europa. Se sabe que esas administraciones resultaron clave para que se firme el último acuerdo. La cuestión también incluye al mapa regional. En Estados Unidos advierten que, con Brasil atravesando una recesión, sería inconveniente provocar otra crisis en el patio trasero.

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Roberto Lavagna hizo declaraciones desde Washington, poniéndole fechas al futuro acuerdo.
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