ECONOMíA › CUATRO ESPECIALISTAS PROYECTAN CRECIENTES DIFICULTADES EN EL MERCADO LABORAL

El despido disciplinador

El crecimiento del desempleo se concentró en los centros industriales, un reflejo de la menor actividad pero también de la necesidad de la política económica de mantener bajo control al movimiento obrero, coincidieron varios especialistas consultados por Página/12.

 Por Federico Kucher

La desocupación saltó a casi diez puntos en los primeros seis meses de la gestión de Mauricio Macri. Economistas consultados por Página/12 afirmaron que hubo un fuerte desgaste del mercado laboral en el primer semestre, debido al efecto recesivo de la devaluación, el recorte del gasto público, quita de subsidios, ajuste de personal en el sector público e incremento de la tasa de interés. Una ex viceministra de Trabajo, un ex director del Banco Central y dos analistas de sendos centros de investigación trazaron un panorama preocupante en relación al futuro inmediato del mercado laboral, dada la necesidad del modelo económico de disciplinar al movimiento obrero y los sindicatos a través de la desocupación, y la concentración de las tensiones en la rama industrial y, en particular, en las pequeñas y medianas empresas. Además, se refirieron a la extrema vulnerabilidad que impone la apertura comercial y financiera al impacto de shocks externos como ya ocurrió en los 90, según recordaron.

“El cierre de las industrias, sobre todo las pymes con menos de 50 empleados, está provocando un fuerte aumento del desempleo. Y es un fenómeno que llegó para quedarse, nada hace pensar que vaya a modificarse esta situación”, dijo la ex viceministra de Trabajo Noemí Rial. Agregó que, “en los últimos años, hubo cierto estancamiento en la creación de nuevos puestos de trabajo, pero ahora directamente se están destruyendo las fuentes de empleo. Todas las medidas de impulso al primer trabajo, con reducciones en las cargas sociales, son maquillaje. Lo único que puede dar vuelta este escenario de distorsión laboral es el crecimiento de la economía, pero con las medidas que se vienen tomando no parece que vaya a pasar”. Planteó además que lo que se viene es un incremento de la flexibilización laboral, al estilo de los noventa. “Son todas recetas que ya se probaron y no funcionaron”.

El investigador del Centro de Innovación de los Trabajadores (Citra-Umet), Pablo Wahren, planteó que la devaluación, el salto del proceso inflacionario y la suba de las tarifas generaron un fuerte impacto en el poder adquisitivo, lo que afectó la demanda local y, por tanto, el nivel de ocupación en el mercado interno. “La caída de la actividad se conjugó con la apertura de las importaciones. Entonces no sólo se vende menos sino que lo que se vende es importado. Este es uno de los fenómenos que está potenciando el aumento del desempleo”, precisó Wahren.

Aseguró que las dificultades en el mercado laboral continuarán en aumento en los próximos trimestres. “La idea del Gobierno es que ramas como textiles, calzados, juguetes, entre otros, no son competitivas y deben iniciar un proceso de reconversión. El problema es que estas industrias son mano de obra intensiva, o sea contratan muchos trabajadores, y se pretende reemplazarlas por actividad de servicios que no necesariamente demandan tanto trabajo. El resultado no puede ser otro que mayor desocupación”, advirtió. Pero adelantó que “la sociedad está más madura. Tras la crisis del 2001, la crisis del neoliberalismo, tiene que haber una respuesta social que le va a poner un freno a la desocupación. Es una sociedad que va a reaccionar mucho antes”.

En el Centro Cultural de la Cooperación (CCC) plantearon que la mayor desocupación es una pieza necesaria para el programa económico de Cambiemos. “La clave es el disciplinamiento del movimiento obrero, de los sindicatos”, dijo Martín Burgos, director del área de economía del CCC. “Estamos pasando de una grieta mediática a una grieta social. Al igual que ocurrió en los noventa, la gente que quede con trabajo va a tener buenos salarios, sobre todo si el tipo de cambio se sigue apreciando. Pero el gran problema es que las mayorías quedarán excluidas del mercado laboral. Es gente que va a estar precarizada y dispuesta a hacer cualquier tipo de tareas para tener un ingreso. Esto es lo que se viene”. Mencionó que “los niveles de desempleo van a ubicarse en torno de 10 y 12 por ciento, cifras que son suficientes para que el nuevo Gobierno pueda controlar a los sindicatos. Esta es una suba de la desocupación que forma parte de la estrategia del equipo económico, porque le permite contener la puja distributiva y bajar el poder de negociación de los sindicatos. Una desocupación en 15 o 20 por ciento ya no es útil para la gestión porque implicaría un fuerte descontrol social”.

Arnaldo Bocco, ex director del Banco Central, coincidió con la idea del disciplinamiento al trabajo. “Los conglomerados urbanos industriales ahora estás con tasas de desempleo de dos dígitos. Por ejemplo, Córdoba, donde están instaladas grandes fábricas del complejo automotriz; Rosario con la metalmecánica, Mar del Plata con pesca y turismo”, dijo. Aseguró que “estamos en un escenario semejante al pre tequila (fuerte contracción de la economía local a mediados de los noventa por el contagio de la crisis financiera en México). Si la Argentina llega a tener un cimbronazo fuerte desde Brasil o el resto del mundo, la tasa de desocupación puede llegar a tener un salto como en 1994-95, cuando se pasó del 12 al 18 por ciento en pocos meses”.

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“Hubo estancamiento del empleo en los últimos años, pero ahora directamente se está destruyendo.”
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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