La primera etapa del blanqueo de capitales contabilizó un piso de 4600 millones de dólares. Las cifras corresponden a 58 mil declaraciones juradas presentadas hasta el miércoles pasado para regularizar tenencias de efectivo ocultas debajo del colchón o en cajas de seguridad. Los datos presentados ayer con entusiasmo por el titular de la AFIP, Alberto Abad, y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, son provisorios. La posibilidad de abrir las cuentas especiales donde los fondos quedarán inmovilizados hasta finales de marzo se agotó ayer a última hora. Pero, como las autoridades regulatorias extendieron los plazos, los evasores que hayan finalizado las exigencias administrativas del esquema tienen hasta el 21 de noviembre para acercar los billetes a los bancos. El 90 por ciento de los fondos en efectivo regularizados ingresaron al sistema en moneda extranjera. 
“Vamos a estar satisfechos y contentos si superamos los 20 mil millones de dólares. Dimos un primer paso muy satisfactorio. Pocos imaginaban que íbamos a lograr estos números”, celebró Prat-Gay. El funcionario ofició de anfitrión del anuncio que la AFIP pretendía hacer recién dentro de tres semanas cuando estuviera cerrado el número definitivo generado por esa vía del sinceramiento. “Hay un vuelo del colchón hacia cuentas bancarias que van a permitir impulsar la actividad. Eran fondos que estaban oscuramente guardados sin generar renta, crear empleo ni incentivar la economía. Ahora emergió y va a tener ese rol”, prometió Abad al referirse a las supuestas bondades asociadas a los beneficios para los evasores. 
Una foto a los datos globales del blanqueo correspondiente al viernes pasado, computando no solo el dinero en efectivo sino los activos regularizados mediante todas las vías previstas, eleva el piso hasta 5400 millones de dólares. En total son 100 mil declaraciones juradas que recibió la AFIP donde 6 de cada 10 fueron destinadas a sincerar fondos en efectivo en el país. Por ahora, los números están lejos de los 60.000 millones que, según dejó trascender el Palacio de Hacienda, se alcanzarían con el régimen.
Durante la celebración de los resultados ninguno de los funcionarios se refirió a los ingresos fiscales generados durante los primeros meses del blanqueo. Los datos permiten estimar una base de ingresos para el fisco por única vez de 5000 millones de pesos. La normativa estableció que las sumas de dinero blanqueadas hasta 305.000 pesos pagarán 0 por ciento, hasta 800.000 pesos el 5 por ciento y los montos superiores abonarán 10 por ciento. 
Finalizada la etapa para blanquear efectivo en la plaza local resta el sinceramiento de colocaciones en bancos extranjeros de Suiza o Estados Unidos. Esa vía es una de las principales apuestas de las autoridades aunque los fondos no necesariamente deberán ingresar al país. Durante la conferencia de prensa Abad recordó que en las próximos días la AFIP emitirá una resolución conjunta con la Unidad de Información Financiera para que los bancos y sociedades de bolsa se abstengan de solicitar declaraciones juradas de impuestos a sus clientes por razones comerciales (préstamos, tarjetas, cuentas). También esperan que se acelere el sinceramiento de inmuebles en destinos turísticos como Miami y Punta del Este. Cuando se trate de inmuebles, los impuestos llegan al 5 por ciento. 
En el menú de opciones para regularizar sus activos no declarados, los blanqueadores pueden optar hacerlo mediante la suscripción de dos bonos, a tres y siete años. La primera alternativa, el Bonar 2019 que no pagaba intereses estuvo disponible hasta finales de septiembre y, según reconoció Prat-Gay, solo recolectó 66 millones de dólares sobre un total de 3000 millones que se proponía emitir. Quienes opten por títulos de mediano plazo, el Bonar 2023, el período se extiende durante todo lo que resta de 2016. Esos papeles deberán quedar inmovilizados durante los primeros cuatro años de su vigencia y pagarán un interés del 1 por ciento.