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Amenazan con subir retenciones si no baja el precio de la carne

La advertencia fue lanzada por una alta fuente del Gobierno y es porque la baja en el precio de la hacienda sigue demorando su llegada a los mostradores. Los productores responsabilizan al comercio, en particular a las grandes cadenas de venta.

Uno de los ministros que acompaña al presidente Néstor Kirchner en su gira por Alemania advirtió que el Gobierno podría duplicar las retenciones a las exportaciones de carne llevándolas al 10 por ciento. La amenaza, que alarmó a los productores locales, podría ocurrir si los precios de los principales cortes no bajan “por lo menos un 10 por ciento”. La fuente recordó que durante el acuerdo firmado entre la Secretaría de Agricultura y el sector cárnico el pasado 15 de marzo se habló de un plazo de “un mes” para reducir los precios al mostrador. Los datos del Indec mostraron que, en el primer trimestre del año, algunos cortes subieron hasta el 13,5 por ciento.
El ministro que habló en Alemania sostuvo que los aumentos medidos en el primer trimestre en algunos de los componentes básicos de la canasta familiar respondieron a “una apropiación indebida de renta” por parte de algunos empresarios. No es la primera vez que esta afirmación se escucha dentro del Gobierno. Desde hace semanas genera acusaciones cruzadas entre toda la cadena de valor del sector cárnico: productores, industriales y comerciantes. Los productores sostienen que el Gobierno desincentiva la producción pecuaria. Algunos empresarios consideran que quienes no bajan los precios son los comerciantes, mientras que la industria insiste en que los precios están bajando.
“Nosotros no somos formadores de precios. El precio de la carne se forma en el mercado”, simplificó Luciano Miguens, titular de la Sociedad Rural Argentina. El dirigente agregó que existe también un problema con la expansión de la oferta frente a una demanda creciente. A su juicio, “no existe una política ganadera para estimular al productor para que no abandone la actividad y migre hacia la agricultura, lo cual reduce la oferta global y empuja hacia arriba los precios”.
Para Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria Argentina, la culpa de los aumentos de precios hay que buscarla al final de la cadena de comercialización. “Hay que ponerles coto a los supermercados”, afirmó. Entre ocho cadenas “controlan el 65 por ciento de los alimentos, y con la oleada de aumentos están poniendo la carne en el tapete”, describió. Como cabría esperar, para Buzzi el problema no se soluciona con retenciones, sino con “precios máximos a la carne en los híper y control del margen de ganancias que tienen”.
Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, una de las cámaras que agrupan a la industria frigorífica, rechazó las acusaciones sobre la inexistencia de baja de precios y aseguró que, cuando el Indec difunda el índice de precios al consumidor de abril, los precios habrán efectivamente bajado. Explicó que el acuerdo para bajar los precios de los cortes que integran la canasta básica se firmó el 15 de marzo y que, desde entonces y hasta el pasado lunes inclusive, los precios mayoristas de novillos y novillitos que entrega la industria bajaron entre el 5 y el 7 por ciento. Estos datos surgen de una encuesta realizada entre los afiliados a Ciccra. Sobre los precios a los que venden a los supermercados afirmó que “el kilo de media res que en marzo se vendía a las grandes cadenas en 4,30 pesos hoy se vende entre 3,85 y 3,90 pesos”.
Más allá del reparto de culpas, dentro de la cadena existe un factor aglutinante. Todos sostienen que las retenciones no tendrían efecto alguno sobre los precios. Desde el punto de vista técnico, la afirmación es contradictoria. En el mercado internacional los precios están en alza y los exportadores argentinos están aprovechándolos. Con la salida del mercado de Estados Unidos y Canadá por los brotes del mal de la vaca loca, en 2004 la oferta mundial se redujo en un 17 por ciento. Los precios promedio por tonelada exportada fueron el año pasado de 1300 dólares. La estimación de la Secretaría de Agricultura es que este año podrían llegar a 1600 dólares. La ciencia económica enseña que, por lo general, los vendedores no aceptan precios diferentes según se trate de los mercados interno o externo. Las retenciones cumplen la función de nivelar hacia abajo la diferencia.
Desde la industria niegan estos argumentos. Sostienen que sólo se exporta entre el 15 y el 20 por ciento de la producción y que esta porción no puede “gobernar todo el mercado”. Sin embargo, el mercado externo es hoy un mercado con déficit de oferta y con altos precios, lo que durante 2004 se tradujo en la apertura de numerosos nuevos mercados en Asia y en Africa. Los productores locales insisten en que estas exportaciones no compiten con el mercado interno, pues se trata de distintos cortes, o de altísima calidad para Europa o reces para manufactura en el resto del mundo. En la Secretaría de Agricultura, en tanto, sostienen que ahora la Argentina exporta de todo.

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En el mostrador no se consiguen. La baja en el precio mayorista no llega al consumidor.
 
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