ECONOMíA

Opiniones dispares sobre los efectos

Leonel Massad, tributarista

Es todo pérdida
–¿Habrá un impacto en el consumo por la baja en el IVA?
–No va a haber aumento de consumo, porque no se va a traducir en baja de precios. Y aun así, si la hubiera, no es una modificación suficiente como para inducir un incremento de demanda, porque no le cambia a nadie la decisión de salir a comprar.
Lo que no es indiferente es la pérdida para el fisco, que dejará de recaudar el 10 por ciento del impuesto por mes, es decir unos 170 millones de pesos. Es muy poco serio en un momento de tantas necesidades. Yo creo que no se midieron las consecuencias, porque es una medida que no tiene sustento económico ni desde la filosofía tributaria. Le veo un tinte fundamentalmente político a la medida.
–¿Cree que a los dos meses, como se anuncia, quedará sin efecto la rebaja?
–Si la intención es que la rebaja tenga carácter permanente, debió hacérselo desde el principio. Toda medida impositiva que se aplica en forma transitoria, cuando se dice que es “por única vez”, suele no tener efecto sobre los precios. Es lo mismo cuando aumenta un impuesto: nadie cambia su estructura de precios por una medida transitoria. Hubiera sido preferible bajar la tasa un uno por ciento y que fuera para siempre, al menos sería una señal clara en cuanto a la intención de la política económica.
–¿Es posible implementar la rebaja de la tasa de un impuesto tan masivo como el IVA por 60 días, sin chocar con problemas administrativos?
–Todo se puede hacer, lo que no se puede es evitar las consecuencias. Va a obligar a adaptar todo intempestivamente. Es una falta de respeto a la gente, porque no se puede dictar una norma impositiva y pretender que se ponga en vigencia al día siguiente.


José Sbatella, del IEFE

Consumo o deuda
–¿Cómo evalúa la decisión de rebajar la tasa del IVA?
–Es una decisión que surge de haber resuelto no pagar el vencimiento de la deuda con el Banco Mundial. El superávit primario (fiscal) está asegurado, pero esta es la primera vez que se destina a bajar los precios al consumo. Es una buena señal, porque son opciones que se le abren al próximo gobierno, las posibilidades que se presentan cuando se le quita la prioridad al pago de la deuda. Si se restaran 10 mil millones de pesos al pago de la deuda en el presupuesto del año que viene, se podría bajar el IVA a la mitad o financiar un programa de reactivación.
–¿Cree que esta rebaja en el IVA se sentirá en los precios?
–Habría que hacer que se note en las góndolas, que no sea absorbido como renta por los empresarios. El problema es que no existe un sistema de control público, el único control está en manos de la gente, de los usuarios.
–¿La rebaja podría extenderse más allá de los dos meses?
–Podría extenderse y ampliarse. Es el principio de prueba y error: aplicar una rebaja menor primero y ver qué pasa. Suponiendo que la disponibilidad de recursos se amplíe con una quita de la deuda, hay que hacer que ese superávit adicional se traduzca en baja de precios. Salvo que arreglemos con el Fondo, se firme el acuerdo y tengamos que empezar a pagar la deuda. Ahí no hay más posibilidades de rebaja del IVA. Hay que tener presente que estas opciones aparecen porque se deja de pagar la deuda.
–¿Entonces la opción es pagar la deuda o bajar impuestos al consumo?
–Claramente. Las ventajas están del lado de no pagar, no los perjuicios como pretenden hacernos creer. Argentina se podría dar el lujo de rebajar impuestos por 10 mil millones de pesos el año próximo, que se volcarían en demanda efectiva, lo cual por efecto reactivación le haría recuperar una tercera parte de esa cifra..

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