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Cuando la muerte toma el poder en toda la “nueva soberanía” de Irak

La muerte de otros dos soldados elevó a 900 las bajas de EE.UU. en Irak. Y fueron secuestrados seis choferes extranjeros, mientras aparecen nuevas amenazas contra Polonia y Bulgaria para que retiren sus tropas.

Por Georgina Higueras *
Desde Bagdad

Una bomba colocada en la carretera de Doluiya, al norte de Bagdad, acabó con la vida de un soldado de EE.UU. y dejó heridos a otros seis a primera hora de la madrugada de ayer. Poco después moría otro militar norteamericano herido el martes en una emboscada, lo que subía a 900 el número de soldados norteamericanos muertos desde que comenzó la ofensiva contra el régimen de Saddam Hussein, hace casi un año y medio. La soberanía limitada devuelta a los iraquíes el pasado 28 de junio no ha calmado el malestar de la población contra las tropas extranjeras, 160.000 efectivos, sobre todo por las ostentosas medidas de seguridad de que se dotan sin tener en cuenta las dificultades que implican para la vida diaria de los iraquíes.
“Esto es el espejo de la soberanía iraquí: alambre de púa y muros y cubos de hormigón que impiden la circulación”, afirma Namir, un antiguo periodista que ahora malvive con pequeñas colaboraciones de interpretación. “Menos invertir en hormigón y más en restablecer el suministro eléctrico”, añade Ibrahim, que dejó su trabajo en la universidad para conducir un coche. Namir pertenece a la minoría sunnita que gobernó Irak desde los tiempos del Imperio Otomano, e Ibrahim es de la mayoría chiíta, y ambos rechazan con igual rabia a las tropas estadounidenses. “Mire, todo el perímetro del aeropuerto lo han dejado sin una palmera. Las han talado todas porque tenían miedo de que les atacasen desde su copa.”
Este malestar, sin embargo, no es el más peligroso, según los expertos que consideran que la mayor amenaza a la estabilidad de Irak procede de los combatientes islámicos extranjeros que, vinculados o no con Al-Qaida, han convertido Irak en el nuevo escenario de la guerra santa. Un video entregado a una cadena de televisión árabe y una nota de prensa a una agencia estadounidense de noticias revelaron el secuestro de seis camioneros, dos keniatas, tres indios y un egipcio. Los secuestradores exigen la retirada de Irak de la empresa norteamericana para la que trabajan.
Las amenazas volvieron a extenderse ayer a través de Internet a Bulgaria y Polonia, países a los que se exigió que retiraran sus tropas en un comunicado atribuido al terrorista jordano Abu Musab al Zarqawi. Los gobiernos de ambos países se han negado a negociar y han asegurado que sus efectivos permanecerán en Irak.
Según el comandante estadounidense Neal O’Brien, las bajas de ayer se produjeron cuando una patrulla, a bordo de un vehículo blindado Bradley, pisó una mina explosiva artesanal colocada en la carretera de Doluiya, a 70 kilómetros al norte de la capital iraquí.
Mientras, un poco más al norte, cerca de Samarra, cinco iraquíes murieron y varios resultaron heridos en un enfrentamiento con las tropas estadounidenses, después de que un grupo de insurgentes atacara una posición militar norteamericana, lo que provocó la inmediata puesta en acción de los helicópteros artillados de EE.UU., que bombardearon las supuestas posiciones insurgentes en la zona, integrada en el triángulo sunnita de resistencia armada a las tropas extranjeras.
En otro de los muchos incidentes ocurridos ayer por todo el país en los que perdieron la vida más de una decena de iraquíes, dos personas murieron y cuatro resultaron heridas por la explosión de una granada en la planta siete del hospital Adnan Jeralá, de Bagdad. Fuentes hospitalarias declararon que los muertos fueron dos pacientes, mientras que los heridos fueron personal del hospital.
Fuera de la capital, en las norteñas ciudades de Kirkuk, Bakuba y Samarra, murieron otros seis iraquíes, uno de ellos un policía, el cuerpo que mássufre los ataques de la insurgencia por tachárselo de “colaboracionista” con los estadounidenses. En la ciudad de Ramadi, al oeste de Bagdad, murieron tres hermanos en la explosión de un coche bomba.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Un joven iraquí herido en la cabeza en el sitio de la explosión de un coche bomba en Bagdad.
“Esto es el espejo de la soberanía iraquí: alambre de púa y muros y cubos de hormigón”, dice un ex periodista.
 
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