EL MUNDO › AMPLIO TRIUNFO DE LA PRINCIPAL COALICION CHIITA EN LAS ELECCIONES

¿Irak será Irán o Irán será Irak?

El predominio chiíta en Irak sugiere una afiliación a Irán, pero algunos creen que las elecciones pueden poner en apuros a Teherán.

Por David Enders y Daniel Howden *
Desde Bagdad

Una coalición de partidos religiosos chiítas ganó las elecciones iraquíes –cuyos resultados fueron anunciados ayer–, acaparando casi la mitad de los votos y planteando la posibilidad de que la ley islámica encuentre su lugar en la nueva Constitución del país. Los resultados provisionales de la elección del 30 de enero demuestran que la coalición chiíta, conocida como la Alianza Irak Unida, se llevó alrededor del 48 por ciento de los votos, otorgándole 130 escaños en la nueva asamblea nacional de 275 miembros. La alianza de partidos kurdos salió segunda, con un 26 por ciento de los votos, y el partido del primer ministro interino designado por Estados Unidos, Iyad Allawi, salió tercero, con menos del 14 por ciento.
Se necesita una mayoría de dos tercios para controlar la asamblea, en un sistema diseñado para asegurar que ninguna de las tres comunidades más grandes de Irak –la chiíta, la sunnita o la kurda– pueda gobernar sin la cooperación de los otros. La coalición chiíta esperaba ganar más de la mitad de los votos, y envalentonados por las encuestas a boca de urna, los altos miembros hicieron un llamado para que la Sharia, o la ley islámica, sea aplicada a cuestiones civiles. Esto podría derivar en que se permita, por ejemplo, que los hombres iraquíes se casen con hasta cuatro mujeres y que las mujeres solamente tengan derecho a percibir la mitad de la herencia que los hombres.
“El 80 por ciento de los iraquíes no tienen problemas con la ley islámica”, dijo Adel Abdul Mehdi, el ministro de finanzas del gobierno interino y entre los nominados de la coalición chiíta para ser primer ministro. La coalición que se prepara para llegar al poder está basada en dos importantes partidos chiítas con vínculos cercanos a Irán –Dawa y el Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak (Csrii)–. Tienen un apoyo condicionado del muy influyente iraní gran ayatolá Ali al Sistani, el clérigo chiíta con más poder en Irak.
Los resultados finales no se darán de manera oficial por tres días para dar lugar a cuestionamientos de procedimiento. La coalición chiíta, que proyectaba ganar un 60 por ciento del voto, dijo que se iban a reunir ayer para discutir si impugnaba los resultados. “Discutirán el tema con la comisión electoral”, dijo Jenan al Obeidy, un candidato del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak. “Pensamos que los votos son más que esos.” Antes de la votación, los miembros de la lista chiíta habían sido cuidadosos en calmar la preocupación de iraquíes y observadores, asegurando que no se designarán clérigos en el nuevo gobierno.
La Sharia prohibiría casamientos interreligiosos y daría lugar a leyes de custodia y divorcio fuertemente favorables a los hombres. Los líderes chiítas no llegaron a decir que las mujeres deberán usar velo, pero manifestaron que se esperaba que las que no cubrían sus cabezas se vistieran de manera que demostrara “respeto” por el Islam.
Al Obeidy, quien no apoya la designación de clérigos en el nuevo gobierno, dijo que el hecho de tener menos del 50 por ciento de los escaños no sería un revés, a pesar de que los kurdos, quienes ya han señalado su oposición a la Sharia, son el segundo bloque más grande. “Los kurdos no podrán desafiarnos. Tendrán que discutir con nosotros”, dijo. Al Obeidy también mencionó la posibilidad de presionar por un Estado más federalizado, en donde habría autonomía local para la adopción de aspectos de la Sharia.
Faraj Haidari, un vocero del Partido Demócrata Kurdo, dijo que los partidos kurdos no aceptarían la Sharia. “Vamos a tener una legislación civil a pesar de cualquier cosa. Si otras ciudades quieren tener sus propios sistemas, que lo tenga”, dijo Haidari. Este tenía un tono más conciliador que Al Obeidy, diciendo que sus miembros tenderían puentes a todos los partidos, especialmente a la minoría sunnita.
Se cree que el primer ministro será chiíta, el presidente será kurdo y el presidente de la asamblea nacional, una posición relativamente poco poderosa en comparación con los otros dos, un sunnita.
Funcionarios norteamericanos han comenzado conversaciones exploratorias con altos políticos iraquíes de la coalición ganadora para medir la extensión de su relación con la vecina Irán, una nación predominantemente chiíta gobernada por su clérigo. Los diplomáticos norteamericanos han preguntado de forma directa cómo reaccionaría un gobierno mayoritariamente chiíta si Irán fuera atacado por otro poder, a causa de su supuesto programa de armas nucleares.
Las cifras finales anunciadas ayer confirmaron la escala del boicot sunnita, demostrando una participación del dos por ciento en la provincia mayoritariamente sunnita de Anbar, donde están ubicadas las ciudades de Faluja y Ramadi, que han sido fortalezas de la insurgencia. Ninguna de las provincias con predominio sunnita registraron una participación mayor al 29 por ciento, y aún entonces, la mayoría de los votos eran para la lista chiíta.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.

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Un chiíta se flagela en Bagdad durante la procesión tradicional de la Ashura.
 
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