El primer ministro renunciante, Romano Prodi, hizo aprobar anoche a los partidos de su mayoría un pacto de gobierno para intentar salir de la crisis abierta el miércoles por una votación negativa del Senado sobre su política exterior. El primer día de consultas del presidente de la República, Giorgio Napolitano, se cerró con la hipótesis de que le encargará la formación de un nuevo Ejecutivo a Prodi. Además, el líder de la centroizquierda comenzó a tantear la incorporación al gobierno de los opositores democristianos.

“Este programa de gobierno no negociable, de doce puntos, fue aceptado por todos los líderes de los partidos de centroizquierda y de izquierda”, dijo el portavoz de Prodi, Silvio Sircana. “De este modo, Prodi ha recibido un mandato fuerte para continuar la acción del gobierno”, estimó al salir de la reunión el ministro de Relaciones Exteriores, Massimo d’Alema.

La formación del llamado Prodi bis parece la salida más probable a la crisis política que se abrió en Italia, concluida la primera ronda de contactos llevada a cabo por Napolitano y que acabará hoy por la tarde.

El jefe del Estado tiene que consultar a todas las fuerzas políticas del país después de que anteayer Prodi presentara su dimisión y la de su gobierno como consecuencia del rechazo en el Senado, por tan sólo dos votos, de su política exterior, orientada a mantener las tropas en Afganistán y ampliar la base militar de EE.UU. de Vicenza. Por el Palacio del Quirinale, sede de la presidencia de la República, desfilaron ayer el presidente del Senado, Franco Marini; el de la Cámara de Diputados, Fausto Bertinotti, y los presidentes de los grupos parlamentarios. Hoy está previsto que hagan lo propio los líderes de los partidos de la coalición de centroizquierda en el poder y de la alianza de centroderecha en la oposición.

La heterogénea constelación de dieciséis partidos que forman la coalición gubernamental de centroizquierda, que agrupa desde democristianos a comunistas, expresaron su apoyo total a Prodi y excluyeron que pudiera ser otro dirigente de la alianza denominada La Unión quien nombrase al próximo gabinete. “Yo seré leal hasta el final, pero si salta Prodi, nos consideramos libres”, afirmó el ministro de Justicia y líder del minoritario Udeur (democristiano), Clemente Mastella. El ministro de Solidaridad Social, miembro de Refundación Comunista, Paolo Ferrero, también expresó el interés de su formación en una continuidad de Prodi al frente del país.

El temor del centroizquierda es que un Prodi bis se encuentre con los mismos problemas que lo han llevado ahora a la dimisión, ya que en el Senado, a diferencia de lo que ocurre en la Cámara de Diputados, sólo dispone de una mayoría de dos escaños, los que le faltaron el miércoles al negarle el apoyo dos díscolos senadores comunistas. Los dos senadores, Franco Turigliatto, del Partido Refundación Comunista (PRC), y Fernando Rossi, del Partido de los Comunistas Italianos (PDCI), ambos de 61 años, siguen defendiendo su rebeldía, pese a que acaben pagando con la expulsión de sus formaciones.

En medios políticos y periodísticos se comenzó a hablar ayer, junto al posible Prodi bis, de la eventual ampliación de la alianza gubernamental a parlamentarios centristas de la oposición, como los de la democristiana UDC, que anteayer se abstuvieron en la votación del Senado. “Es posible que la mayoría recoja el aporte de algunos parlamentarios del centroderecha con la condición de que éstos apoyen el programa de la coalición”, afirmó el coordinador de La Margarita (partido centrista impulsado por Prodi), Antonello Soro.