EL MUNDO › UN DIA FATAL PARA LAS TROPAS DE EE.UU. EN IRAK

Emboscada mortal en Bagdad

Cerca de sesenta personas murieron ayer en Bagdad, en una jornada marcada por los combates y los atentados. Las fuerzas estadounidenses se enfrentaron durante todo el día a las milicias iraquíes en la capital y en la provincia de Anbar, un bastión de la resistencia sunnita. Al menos dieciséis soldados norteamericanos resultaron heridos y hubo rumores de que otro helicóptero había sido derribado por los insurgentes. Según el mando militar estadounidense, el helicóptero fue atacado y se vio forzado a volver a su base en las afueras de Bagdad. Los voceros militares también informaron ayer que cuatro soldados estadounidenses murieron el lunes en distintos ataques.

La semana pasada las fuerzas norteamericanas y las iraquíes habían lanzado una ofensiva conjunta contra las milicias chiítas en la ciudad sureña de Diwaniya. Esta operación se extendió ayer a Bagdad y a la provincia de Anbar, en el oeste del país. Hasta el momento, catorce milicianos chiítas murieron y otros sesenta y uno resultaron heridos en estos combates, según informó el Ministerio del Interior iraquí. Sólo ayer murieron cuatro soldados iraquíes y tres insurgentes. Según el ejército norteamericano, los combates comenzaron a las siete de la mañana, cuando los soldados estaban realizando redadas en un barrio de mayoría sunnita. Los insurgentes los sorprendieron y empezaron los enfrentamientos. Al poco tiempo, llegaron los refuerzos aéreos, que tampoco lograron terminar los combates.

Mientras los disparos sonaban en el barrio de Al Fadl, en el centro de la capital un coche-bomba explotó cerca de la Universidad de Bagdad, matando a seis iraquíes e hiriendo a otros once, muchos de ellos estudiantes. En un colegio secundario cercano, varios disparos de morteros dejaron otro alumno muerto y diecisiete heridos. En la provincia de Diyala, en tanto, una mujer se inmoló frente a una fila de policía reclutas. Fallecieron trece de los 200 hombres que esperaban para conseguir el trabajo.

A pesar de las evaluaciones positivas que hicieron los jefes militares estadounidenses de los primeros meses del plan de seguridad, la situación en Bagdad y en el resto del país sigue siendo muy violenta. Además, este mes comenzó como uno de los más negros para las fuerzas extranjeras, que todos los días suman más víctimas. Las tropas estadounidenses ya cuentan con 3284 bajas, un número que cada vez presiona más al presidente George Bush. Ayer el mandatario tuvo que bajar el tono de la confrontación con el Capitolio. Los legisladores incluyeron en el presupuesto bélico una cláusula con un cronograma de retirada para las tropas en Irak que puso en jaque la nueva estrategia militar de Bush para el golfo Pérsico. No obstante, el presidente tuvo que ceder e invitó a los legisladores demócratas y republicanos a conversar en la Casa Blanca la semana próxima.

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