EL MUNDO › EL LABORISTA SIMON PERES SUCEDERA A KATSAV

De Oslo a presidente israelí

 Por S. E.*
desde Jerusalén

“Te casaste con un granjero y ahora tienes a un presidente”, fueron las primeras palabras de Simon Peres a su mujer Sonia, tras ser elegido ayer nuevo presidente del Estado de Israel. En su último gran examen de una dilatada carrera, Peres, de 84 años, superó la pesada losa de ser “el eterno perdedor en la historia del país”, cosechando el respaldo de 86 de los 120 diputados de la Knesset (Parlamento) israelí.

La victoria de Peres se considera una “relativa sorpresa” no sólo por tratarse de quien ha perdido casi toda contienda electoral en los últimos 60 años sino, sobre todo, por la gran diferencia respecto a su rival, el candidato derechista del Likud, Reuven Rivlin. En la primera vuelta, Peres consiguió 58 votos, por 37 de Rivlin y 21 de la laborista Colette Avital. Tras este resultado, los dos últimos se retiraron y aconsejaron votar a Peres en una segunda y testimonial ronda, que sirvió de homenaje al que ha sido diputado desde 1959. “Estoy emocionado y también sorprendido ya que, perdónenme, no me esperaba este apoyo tan masivo. Soy consciente de la importancia del cargo que asumo y espero representar a Israel tal y como se merece”, aseguró Peres, para añadir ya en el tono solemne que deberá lucir los próximos siete años: “Nunca he perdido la esperanza de que todos juntos podremos llevar a Israel a superar los retos y, por todos, me refiero a judíos y árabes, a la izquierda y a la derecha, a drusos, a circasianos y a todas las demás minorías”.

Por la mañana, Peres no las tenía todas consigo. Sobre todo por su historial y por su penúltima derrota de 2000, cuando el gris Moshe Katsav ganó las elecciones de forma imprevista. En esa ocasión, muchos diputados que le prometieron su voto le dieron finalmente la espalda. Para evitar otro fracaso, Peres estuvo durante toda la sesión parlamentaria sentado al lado de Eli Ishai, líder del partido ultraortodoxo Shas, para asegurarse de que sus 12 diputados lo apoyaban. “Es verdad que ideológicamente estoy a años luz de Peres, autor de los desastrosos Acuerdos de Oslo con el terrorista Yasser Arafat, pero reconozco que es la personalidad israelí más respetada en el mundo. Bueno, además yo obedezco las órdenes de nuestro líder, el rabino Ovadia Yosef”, confesaba el diputado ultraortodoxo Benizri. “Tras los turbios asuntos de Katsav, la presidencia del Estado vuelve a tener el honor que merece”, decía ayer un diputado. Además de firmar indultos a presos, el cargo de presidente en Israel es efectivamente sólo eso, honor, símbolo de unidad y representación del país en el extranjero. Funciones no muy compatibles con los presuntos casos de violación y acoso sexual que ha protagonizado Katsav.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Peres en el Muro de los Lamentos.
 
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