EL MUNDO › HAY CINCO DETENIDOS BAJO SOSPECHA POR LOS FALLIDOS ATAQUES EN INGLATERRA

Brown acusó a los “socios de Al Qaida”

Según las primeras investigaciones, los autores de los incidentes serían musulmanes extremistas británicos. Si bien el premier dijo que “los ingleses no seremos afectados, ni intimidados”, fuentes de inteligencia sospechan que la amenaza “se extenderá en el tiempo”.

 Por Kim Sengupta y Colin Brown *
desde Londres

Tras los ataques terroristas en Londres y Glasgow, la policía llevó a cabo una serie de allanamientos y arrestos en Gran Bretaña y realizó la explosión controlada de un auto en el estacionamiento de un hospital. Esta última sacudió el Hospital Royal Alexandra, en Paisley, donde está internado uno de los dos hombres arrestados anteayer en el aeropuerto de Glasgow, con heridas graves por las quemaduras que le ocasionó el incendio del coche en el que viajaba. Las autoridades informaron que hay cinco personas detenidas con relación a los fallidos atentados. El primer ministro de Inglaterra, Gordon Brown, advirtió que “no seremos afectados, ni seremos intimidados”, y añadió que “es muy importante que la gente continúe con sus vidas normalmente”, en un mensaje contra los extremistas islámicos.

Las fuerzas policiales dicen que el vehículo que hicieron explotar está vinculado con el ataque al aeropuerto de Glasgow, donde un jeep en llamas fue conducido hasta estrellarse en la terminal el sábado por la tarde. En tanto fueron inspeccionados domicilios cercanos a esa ciudad. La policía y el servicio de seguridad estatal indicaron que los dos incidentes, el de Londres y Glasgow, están relacionados y que algunos miembros del grupo que los comandó permanecen en libertad.

El hombre que es atendido en el Royal Alexandra sería el conductor del jeep incendiado. Su compañero de 27 años también permanece bajo arresto.

El sábado hubo operativos en la ciudad de Houston, en Renfrewshire, luego del atentado en Glasgow. Según información local, un grupo reducido de personas se trasladó a la zona de los hechos cerca de seis semanas atrás.

Oficiales de policía vestidos con trajes blancos fueron vistos al entrar y salir de una casa prefabricada en la ciudad, a nueve kilómetros del oeste de Glasgow.

Al sur de la frontera, una mujer de 27 años fue arrestada junto con otras tres en la autopista M6 en Cheshire y Liverpool, mientras se realizaban también detenciones en Newcastle-under-Lyme, en Staffordshire. Mientras continuaba la persecución de la célula terrorista, que estaría compuesta principalmente por musulmanes ingleses, el alerta de seguridad llegó a su nivel máximo en Inglaterra debido a la advertencia de que otro ataque podría ser “inminente”.

El primer ministro de Gran Bretaña anunció que se aplicarán intensos controles policiales en aeropuertos, pubs y boliches del centro de la ciudad, así como en las rutas. Gordon Brown agregó que estaba “claro” que los atentados en Londres y Glasgow fueron perpetrados por socios de Al Qaida. El funcionario resaltó la gravedad de la amenaza al añadir que “estamos enfrentando un peligro prolongado en el tiempo y no va a desaparecer en las próximas semanas o meses”. El aeropuerto de Liverpool, John Lennon, fue clausurado el sábado por la noche luego de un alerta terrorista en ese lugar, mientras que la terminal de Glasgow reabrió ese mismo día, pese a la cancelación de 20 vuelos. En tanto, se realizaron más controles en otros aeropuertos de Inglaterra.

En una conferencia de prensa en Glasgow, donde se difundió el número de la patente del jeep verde Cherokee –L808RDT–, el vicejefe de la división antiterrorista de la policía, Peter Clarke, el oficial más experimentado en antiterrorismo, dijo: “Tengo confianza, absoluta confianza, de que en los próximos días seremos capaces de tener un conocimiento más detallado de los métodos utilizados por los terroristas, la manera en que planificaron sus ataques y la red a la que pertenecen”. Pero el ex comisario de la policía de Scotland Yard, Lors Stevens, próximo a ocupar el cargo de asesor de seguridad del primer ministro, afirmó que “el terror del 7 de julio fue suficientemente horroroso, pero ahora Al Qaida ha importado las tácticas de Bagdad y Bali a las calles de Reino Unido. Y esto va a empeorar en vez de mejorar”.

Según la autoridad policial, “hay una sospecha creciente de que los activistas de Al Qaida –posiblemente británicos– han regresado de Irak, así como de Afganistán, para guiar, dirigir e influenciar grupos de aquí”. Los cambios relativos que hubo en la forma en que reaccionó la policía –los arrestos, operativos, y la conexión de los atentados de Londres y Glasgow– fueron resultado del examen de los dos automóviles recuperados en el centro de Londres el viernes.

Fuentes de seguridad señalaron que las dos limusinas Mercedes, una estacionada afuera del club nocturno Tiger Tiger y la otra en las cercanías de la calle Cockspur, permitieron obtener gran cantidad de indicios. En lugar de reunir los restos de una explosión, especialistas del laboratorio militar forense de explosivos en Kent estuvieron trabajando con vehículos intactos a los que se les efectuaron pruebas, cuyas historias pueden ser rastreadas, y contienen teléfonos celulares y huellas digitales.

Además, los dos autos fueron estacionados en el centro de Londres en un área con una de las mayores concentraciones de circuito cerrado de televisión en el país. De acuerdo con fuentes policiales y de seguridad, se obtuvieron imágenes valiosas de algunas de las cámaras, mientras que la investigación siguió adelante con otras.

Los miembros del grupo que realizó los ataques en Glasgow “no fueron escoceses”, según las fuerzas policiales. Se cree que los responsables estuvieron viviendo en las proximidades de Glasgow cerca de seis semanas. Fuentes políticas de Escocia añadieron que hubo informes sobre un grupo de musulmanes extremistas operando en el área.

Por otra parte, medios norteamericanos informaron que las autoridades de Estados Unidos habían recibido información sobre un ataque. Ante la pregunta sobre si la fuente de información provenía de la inteligencia, Michael Chertoff, secretario de la Seguridad Nacional, dijo: “Pueden quedarse tranquilos; cualquier información que tuvo el gobierno de Estados Unidos y la inteligencia fue compartida rápidamente con nuestros colegas británicos”. El rápido y cambiante escenario comenzó a desarrollarse tras el atentado en Glasgow, con el arresto de una pareja, una mujer de 27 años y su compañero de 26, luego de que su auto fue detenido en la banquina de la ruta M6 en Cheshire el sábado por la noche.

Una casa en Liverpool en la que, según vecinos, vivían dos hombres musulmanes, fue rodeada por policías armados en la ruta Ramiles, al sur de la ciudad. Además, la policía allanó una segunda casa, en la calle Hatherley, en la zona de Toxteh de la misma ciudad. También hubo otro operativo en una casa de Sunningdale Grove en Newcastle-under-Lyme.

En medio de la ola de miedo y de allanamientos que se apodera de Inglaterra, Gordon Brown dijo el sábado que “tenemos que distinguir a los miembros moderados de la comunidad de aquellos pocos extremistas que desean practicar la violencia e infligir la mayor pérdida de vidas en el interés de la perversión de su religión”.

* De The Independent. De Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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Tras los atentados, la policía realizó numerosos procedimientos y ya hay cinco detenidos.
 
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