EL MUNDO › LA DECISIóN DE LA HAYA HACE PELIGRAR LAS NEGOCIACIONES DE PAZ

En Sudán a la sombra de los yanyauid

 Por Pere Rusiñol *

Desde Madrid

La ONU teme represalias a la decisión del Tribunal Penal Internacional por parte de Jartum y de sus temibles aliados en Darfur –los yanyauid–. Algunos expertos creen que incluso hace añicos toda posibilidad de paz.

“La situación se ha deteriorado y no nos ha quedado más remedio que elevar el nivel de alarma, todo el personal no esencial será recolocado fuera de Darfur”, explica en conversación telefónica Josephine Guerrero, portavoz de la misión de cascos azules en Darfur. La decisión se tomó el sábado, cuando la medida de la Corte Penal se daba ya por segura y justo después de un ataque contra la misión de la ONU en el norte de Darfur que causó siete muertos y 22 heridos.

Todavía no se ha determinado quién hizo la emboscada ya que la misión de la ONU está también en la mira de los múltiples grupos rebeldes. Y los cascos azules tienen que lidiar con su propia miseria: sólo se han desplegado 9000 de los 26.000 soldados previstos –en un territorio tan grande como Francia–.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamamiento a Jartum a “seguir cooperando”. La paradoja es que Ban debe pedir la protección al presidente sudanés, Omar el Bashir, al que el fiscal del Tribunal Penal Internacional acusa de crímenes terribles.

Andrew Natsios, que hasta este mismo año fue el delegado especial del presidente de EE.UU., George W. Bush, para la crisis de Darfur advirtió ayer que la decisión de la CPI puede provocar “un desastre” que lleve al país “a una situación como la de Somalia”. “La imputación a Bashir hará más difícil ayudar a negociar un acuerdo político”, sostiene Natsios. “Los rebeldes se sentirán ahora mucho más legitimados para evitar negociar con un gobierno acusado de genocidio por un tribunal internacional”, subraya.

Las guerrillas se alzaron en 2003 para exigir autonomía e inversiones. El régimen respondió armando a sus leales, que actuaron con gran brutalidad. Pero los analistas coinciden en que la situación ha cambiado en el último año y medio: Jartum, bajo presión de China, se moderó. En cambio, los rebeldes se han fragmentado y se han radicalizado- el grupo hegemónico es ahora el islamista Movimiento por la Justicia y Equidad- con la esperanza de que la presión internacional acabará provocando la caída del régimen.

* De El País de Madrid. Especial para PáginaI12.

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