EL MUNDO › LA OPINION DE LOS ANTITERRORISTAS EUROPEOS

“Ahora golpean donde pueden”

 Por Eduardo Febbro

El atentado perpetrado en Bali vino a confirmar de manera sangrienta las sospechas acumuladas por los servicios de la lucha antiterrorista de los países miembros de la Unión Europea. Desde hace más de siete meses, la llamada “taskforce antiterrorista” de Europol, la oficina de policía criminal intergubernamental, temía la organización de un atentado “de los grandes” antes de finales de año. La única diferencia entre lo real y lo supuesto es que el ataque se produjo en el sudeste asiático y no, como se esperaba, en Francia, Alemania o Bélgica, tres países que, por diversas razones, aparecían en la “agenda” del terror: Alemania por ser el territorio “intelectual” de los atentados del 11 de setiembre, Francia y Bélgica porque ambos países albergan núcleos islámicos muy radicales.
A medida que pasaban los meses, los servicios de inteligencia europeos acumularon una serie de certezas, una suerte de “espejo roto cuyos elementos dispersos iban formando poco a poco una figura, es decir, la de un Osama bin Laden y su red en plena actividad”, según explicó a Página/12 un responsable europeo de la lucha antiterrorista. Roland Jacquard, presidente del OIT (Observatorio Internacional del Terrorismo) explica que “desde el 11 de setiembre del año pasado, los grupos fundamentalistas entendieron que no hace falta una orden o una señal para atacar donde quieren. De alguna manera, el 11 operó como un acontecimiento liberador para muchos grupos radicales que vieron en esos atentados el camino que debían seguir”. Los expertos europeos consideran que el acto terrorista de Bali es el “punto culminante” de una serie de advertencias, de mensajes enviados en los meses precedentes.
Otros análisis destacan que la problemática actual es tanto más aguda cuanto que se hace evidente que Al Qaida consiguió federar una galaxia de grupúsculos radicales que antes estaban dispersos y hasta divididos. François Heisbourg, director de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS), argumenta que el atentado de Bali se inscribe “dentro de la nueva estrategia de Al Qaida. Resulta obvio que los núcleos fundamentalistas no pueden realizar operativos de gran envergadura en los países occidentales porque corren el riesgo de hacerse descubrir. La red decidió golpear allí donde es más oportuno y no donde es más conveniente”. Olivier Roy, uno de los grandes especialistas franceses de Al Qaida, destaca que “hoy, en Europa, los terroristas no cuentan con los medios de llevar a cabo operaciones de peso, pero sí pueden organizarlas en zonas geográficas como la de Indonesia, que es uno de los eslabones débiles del sistema de seguridad mundial”. Con todo, los dirigentes de la Unión Europea siguen convencidos de que el tercer acto de la pieza tendrá a Europa como escenario.

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