EL MUNDO › UNA HIROSHIMA QUE PUEDE SER NUCLEAR, O NO

Empiezan a pensar lo impensable

Por Jim Cason y David Brooks
Desde Washington y Nueva York

El tiempo se acaba, insisten funcionarios estadounidenses que no pretenden ocultar el hecho de que decenas de miles de soldados ya están alrededor del Golfo Pérsico, y que el gobierno de George W. Bush está considerando una guerra convencional contra Irak que podría infligir una destrucción masiva similar al daño provocado por la bomba atómica sobre Hiroshima. Otros informes indican que Washington también tiene entre sus planes recurrir a las armas nucleares y ha solicitado al Comando Aéreo Estratégico en Nebraska desarrollar una lista de objetivos para un ataque de ese tipo. Al amanecer del siglo XXI, a la Casa Blanca no le molesta tener en cuenta un nuevo tipo de guerra con enormes consecuencias para la población civil.
Durante la Guerra Fría considerar un ataque nuclear era “pensar lo impensable”, ya que se suponía que el resultado de un conflicto de este tipo frente a la Unión Soviética sería la destrucción del planeta. Pero con la desintegración de la URSS, aparentemente los estrategas estadounidenses están considerando que esta opción es pensable otra vez. Pero aun sin el uso de las armas nucleares, el ataque militar estadounidense, que supuestamente se está planeando para fines de febrero o principios de marzo, será fundamentado en un nuevo concepto de guerra, en el que incluso se habla de un Hiroshima con armas convencionales. “El solo tamaño de esto jamás se ha visto antes”, declaró un estratega del Pentágono al noticiero nacional CBS la semana pasada.
En el primer día de la guerra, el Pentágono piensa enviar más misiles de crucero convencionales que el total utilizado durante los 40 días de la primera guerra contra Irak. Esto es una estrategia de guerra completamente nueva, explicó a CBS Harlan Ullman, uno de los autores del nuevo plan de batalla. Ullman, quien tiene su sede en la Universidad de Defensa Nacional, dijo que este tipo de ataque de “shock y pavor” busca convencer a las fuerzas armadas iraquíes de rendirse aun antes de entrar en batalla. “No habrá un lugar seguro dentro de Bagdad”, dijo un estratega militar del Pentágono, quien confirmó la existencia de este plan de guerra a CBS. Los misiles de crucero destruirán 30 cuarteles de divisiones del ejército de Irak en segundos y dejarán, en el mejor de los casos, a la mayoría de Bagdad paralizada. “Uno reduce la ciudad. Con ello quiero decir que se deshace de su energía, de su agua”, agregó Ullman. El efecto, comentó, sería similar al resultado de una bomba nuclear. “Uno tiene este efecto simultáneo, algo parecido a las armas nucleares en Hiroshima. No dura días ni semanas, sino minutos”, afirmó.
Gran parte de esta retórica podría ser un mensaje de intimidación para provocar un golpe de Estado o una decisión de exilio de Saddam Hussein, pero los estrategas del Pentágono insisten en que si estalla la guerra el objetivo es causar una tormenta de fuego devastadora en Irak en los primeros días. Como un indicio de lo ahora pensable en la nueva estrategia militar estadounidense, el diario Los Angeles Times informó hace una semana que el uso de armas nucleares contra Irak está entre las opciones consideradas por Estados Unidos. El experto militar William Arkin escribió que el Pentágono ha ordenado el desarrollo de planes de contingencia para el uso de armas nucleares contra instalaciones subterráneas en Irak, y en sitios que podrían contener armas de destrucción masiva en ese país. Arkin afirmó que Bush ha autorizado un plan para ordenar al Comando Aéreo Estratégico en Nebraska detallar una lista de objetivos en Irak que podrían ser atacados con armas nucleares. El presidente ya ha autorizado una nueva doctrina militar que permite el uso de armas nucleares contra naciones enemigas, aun si estos países no han lanzado un ataque nuclear contra EE.UU. La discusión sobre el posible uso de armas nucleares contra Irak no es nueva. El ahora secretario de Estado, Colin Powell, escribió en su autobiografía que durante la primera Guerra del Golfo Pérsico, el entonces secretario de Defensa, el actual vicepresidente Dick Cheney ordenó a Powell, quien era jefe del Estado Mayor, que desarrollara una lista de posibles blancos que podrían ser atacados con armas nucleares pequeñas. Powell cuenta que se demoró en hacerlo, pero que cuando Cheney emitió una orden directa, el entonces general de cuatro estrellas obligó a sus subordinados a cumplir la orden. Pero después de elaborarla, Powell afirma que se llevó la única copia y la quemó. Ahora, al parecer, se está trabajando en una nueva versión.
“La decisión del gobierno de Bush de planear activamente el posible uso preventivo de tales armas... contra Irak representa una reducción significativa del umbral nuclear. Escribe nuevamente las reglas del juego del combate nuclear en nombre del combate al terrorismo”, afirmó Arkin.
*De La Jornada de México, especial para Página 12.

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