EL PAíS › UNA CHARLA PRIVADA CON LOS BANQUEROS SOBRE ECONOMIA Y POLITICA

Lo que dicen detrás de los muros

Ya no les preocupa el dólar y mucho menos devolver los depósitos: creen que zafan “interpretando” lo firmado con el Fondo. Se ven venir una crisis con los organismos en marzo.

 Por Claudio Zlotnik

Ni elecciones en abril ni acuerdo duradero con el Fondo Monetario. El esquema incluye que la votación presidencial será recién en octubre y la ruptura de relaciones con Washington, en un par de meses. Este es el escenario que vislumbran algunos de los principales banqueros de la Argentina. En líneas generales, el diagnóstico compartido por los financistas consultados por Página/12 fue similar: a pesar de la calma financiera, ni la política ni la situación social empezaron a volver de la crisis. En este contexto, los banqueros pretenden una taxativa definición de la dirigencia política que les devuelva certidumbre a sus negocios.
En los despachos de los banqueros, el dólar dejó de ser un tema candente. Existe consenso de que el Banco Central tiene poder de fuego para ubicar la cotización le parezca, aun en el supuesto de un nuevo cortocircuito con los organismos internacionales. Incluso, antes que una dificultad, los financistas evalúan que la continua liberalización de los controles cambiarios les permite participar más activamente del mercado.
El otro tema que dejó de alarmar a los financistas refiere a la eventual redolarización de los depósitos por un fallo de la Corte Suprema. Para los ejecutivos, la solución puede hallarse en una fina interpretación de la Carta de Intención rubricada entre Economía y el FMI. En el memorándum figura que el Estado se hará cargo de los amparos judiciales cobrados al tipo de cambio libre. Los bancos sólo se responsabilizan por 1,40 pesos más CER por cada dólar originalmente depositado. “Si nos reconocen esa diferencia, tratándose de una medida judicial cautelar, seguramente prevalecerá la misma decisión en caso de un fallo definitivo, como sería una pronunciación de la Corte”, reseñó el banquero.
Respecto de la situación política, en la city va ganando la sensación de que no habrá elecciones el próximo 27 de abril, tal como programó el Gobierno. La hipótesis es que la convocatoria se trasladará a octubre. Y que, finalmente, Carlos Menem y Eduardo Duhalde se enfrentarán cara a cara en ese momento. “Lo ideal sería que hubiera elecciones en abril porque recién habrá inversiones con un nuevo Gobierno. De lo contrario, se sigue trabajando en el día a día y eso no es fructífero”, comentó a Página/12 el presidente de un banco de capital nacional. No obstante, el financista dio otra visión, supuestamente más positiva, del mismo hecho. “Es necesario que el justicialismo termine con la dualidad de conductores. Para gobernar el país debe haber un único líder, y postergar las elecciones a octubre tendría ese objetivo vital”, añadió la fuente.
Si bien los hombres de negocios se sienten más afines a Ricardo López Murphy que al resto de los candidatos, creen que lo mejor es que las elecciones las gane un justicialista: “En la historia argentina quedó claro que los partidos políticos de corta vida terminan en fracaso. Este no es un momento para probar nuevas recetas”, dijo el banquero.
Los financistas son amantes del perfil bajo. Mucho más cuando no tienen cosas buenas para decir. Es por eso que los banqueros consultados por Página/12 pidieron resguardarse en el off the record. Y otro de los temas sensibles que evalúan tiene que ver con las tensas relaciones con el Fondo. En la city dicen que el acuerdo con Washington dejó lastimado el vínculo con el staff del FMI, encabezado por las “Doble K” (Köhler y Krueger). Recuerdan que el pacto quedó sellado tras la presión política de los países más poderosos, en contra de la opinión técnica del organismo. En este marco, las perspectivas no son las mejores. Considerando el compromiso del Gobierno de lograr un superávit fiscal primario, que obligará a un importante ajuste, el Fondo tendría el argumento perfecto para voltear el pacto si la Argentina incumple las metas. Para los banqueros, ese es el deseo oculto del dúo Köhler-Krueger. De darse en la realidad, plantearía un escenario bien distinto al actual, incluyendo un default con los organismos. Este round tendrá lugar el próximo 15 demarzo, cuando la misión del Fondo dé su veredicto sobre la conducta del Gobierno.

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Atrincherados detrás de las chapas, los banqueros observan.
 
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