EL PAíS › FUGA HACIA ADELANTE PARA EVITAR EL ENCIERRO

Si no hay nuevo vale el usado

 Por Raúl Dellatorre

La “fuga hacia adelante” decidida ayer por Felipe Solá le permitiría gobernar hasta más allá de mitad de año sin las restricciones que le imponía la Ley de Presupuesto 2005 vetada ayer. Al quedar sin presupuesto para el año en curso, el Ejecutivo echará mano del aprobado para 2004 y lo aplicará al uso de los recursos de este año. “Es menos de lo que pretendía el proyecto original enviado por Solá, pero es más de lo que le dejaba el duhaldismo tras los recortes en las partidas y el rechazo de las facultades extraordinarias”, resumió ayer un legislador de la oposición, coincidiendo con la evaluación que, minutos antes, hacía ante este mismo diario un funcionario del Ministerio de Economía bonaerense.
“El presupuesto que votó la Legislatura implicaba que, para gobernar, el Ejecutivo hubiera tenido que enviar unos 1500 proyectos de ley durante el año para autorizar la aplicación de recursos a obras o para decidir algún nombramiento”, señaló ampulosamente una fuente oficial del gobierno bonaerense. “Ahora, aplicando el Presupuesto 2004, el Gobierno llega hasta septiembre sin ningún tipo de problemas”, agregó.
Desde la oposición, sin embargo, entienden que el terreno no está tan allanado como indica la lectura oficial. En el bloque radical sostienen que el hecho de no tener presupuesto para el año no convalida automáticamente la vigencia de las facultades extraordinarias votadas el año pasado. “Están pisando el terreno de la inconstitucionalidad”, advierten.
Sin embargo, desde las huestes de Solá se tiran a hacer uso de 14.000 millones de pesos del actual ejercicio de la misma forma en que se aplicaron durante 2004. Ese fue el monto de gastos aprobado para el año pasado, mientras que el presupuesto para este año preveía gastos por 17.000 millones. En el Ejecutivo provincial consideran que la asignación de partidas del año pasado, más el uso discrecional de las facultades extraordinarias vigentes en ese año, le dejarán las manos suficientemente libres como para poder administrar la provincia durante tres trimestres. “En octubre la situación política será otra, y por lo tanto también otro el escenario para sentarse a discutir”, arriesgan sin posibilidad de equivocarse.
Lo que sí suena más aventurado es esperar que hasta esa fecha los demás actores en juego mantengan el statu quo. La Legislatura puede insistir en su proyecto rechazando el veto, pero para ello precisa dos tercios de los votos. Para ello, el duhaldismo necesitaría el apoyo de la oposición, que en las discusiones de diciembre votó tanto en contra del proyecto del Ejecutivo (Solá) como del modificado por la mayoría justicialista. Para esto no hay plazos, sino tiempos políticos que son, interna justicialista mediante, los que marcarán el ritmo y el destino del presupuesto en definitiva.

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