EL PAíS › SIGUEN LAS CAIDAS DE LAS BOLSAS. BUENOS AIRES, 2,7

Otra sacudida en el recinto

El pesimismo de los inversores volvió a deprimir los mercados bursátiles del mundo y la justificación del malhumor de los operadores es la misma que desencadenó el derrumbe la semana pasada: la aversión al riesgo tras los ajustes de Shanghai. El índice MerVal de empresas líderes cayó ayer 2,7 por ciento. El principal termómetro bursátil, en su peor momento de la rueda, llegó a retroceder hasta un 4,6 por ciento. Ese movimiento, según los especialistas, marca el único dato alentador de la jornada, debido a que reflejaría cierta resistencia de los inversores a vender a partir de determinado nivel de precios.

El MerVal perforó hacia abajo la marca de los 2000 puntos, al cerrar en 1944, un terreno que había dejado de explorar por última vez hace tres meses. Ahora ese indicador arrastra una caída del 12,4 por ciento en apenas cinco ruedas, tras batir el 26 de febrero pasado el record en 2219 puntos.

El margen de la caída genera caras de preocupación entre los operadores que no encuentran razones domésticas. Todos comienzan el día con la misma rutina y miran atónitos desde temprano las pantallas que aportan información sobre la suerte de los mercados del exterior. Ayer desayunaron con un nuevo derrumbe de Asia de tal manera que sabían de antemano la apertura en Buenos Aires y en medio de los temores de una desaceleración en los países pilares de la economía del mundo. Shanghai arrancó con una baja del 1,6 por ciento y en Tokio las ventas presionaron hasta dejar al índice Nikkei 3,3 abajo, mientras que el Kospi de Seúl retrocedió 2,7 por ciento.

Con similar tendencia, las bolsas europeas volvieron a caer con fuerza y con el centro de atención en lo que sucederá en Wall Street. La Bolsa de Zurich descendió 1,4 y otra de las más perjudicadas, Francfort, retrocedió 1,1. Finalmente, el índice Dow Jones deparó un retroceso del 0,5 por ciento y el Nasdaq acompañó con un margen negativo del 1,2. En San Pablo las acciones cedieron 2,3 por ciento. En la Bolsa porteña el volumen se amplió a 112,9 millones de pesos, frente a 54,3 millones del viernes y las 72 empresas operadas se repartieron en 4 alzas, 62 bajas y otras 6 compañías que mantuvieron sus precios anteriores.

“Los ajustes en China trajeron temor a las bolsas y los precios cayeron violentamente”, es la justificación más escuchada entre los operadores en el momento de evaluar el comportamiento del mercado bursátil. El disparador, se recuerda, fue la versión de que el gobierno chino adoptaría medidas para limitar el apalancamiento en su mercado bursátil (compra de acciones con crédito), y desinflar una burbuja financiera que venía dando réditos asombrosos. De ahí en más se produjo un efecto dominó que potenció las palabras de Alan Greenspan, ex titular de la Reserva Federal, que un día antes había pronosticado que la economía estadounidense entraría en recesión a fines de 2007. Y como los inversores están huyendo de los activos de riesgo, las tasas de los bonos del Tesoro de EE.UU. cayeron a su nivel más bajo del año, “en una muestra de que se privilegia la estrategia de fly to quality (vuelo a la calidad), apuntó un analista. La tasa del bono a 10 años cayó al 4,48 por ciento y quedó finalmente en 4,51.

Los bonos argentinos también sufrieron el efecto de las ventas, muy sensibles al contexto externo. Los bonos que nacieron del canje de la deuda experimentaron bajas del orden del 2,0 por ciento y en el caso particular de los cupones atados a la marcha del PIB el retroceso resultó del 4,41 por ciento. Por otro lado, el dólar se mantuvo en 3,12 pesos, en una plaza donde el Banco Central continuó interviniendo con intensidad. Las reservas totalizan 35.113 millones de dólares, según informó la entidad monetaria.

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