ESPECTáCULOS › COMIENZA HOY, RENOVADISIMO, EL FESTIVAL DE MAR DEL PLATA

Sin ninguna tela de araña

La vigésima edición del Festival de Cine más antiguo de la región promete un cambio de rumbo y un perfil que puede convertirlo en un referente del cine latinoamericano.

 Por Horacio Bernades

¿Mar del Plata, año 1? Con la grilla de programación desplegada, da toda la sensación de que –tras casi una década en la que lo jurásico dio lugar a lo vacuo y lo vacuo a lo errático– será esta vigésima edición la que logre darle un sentido al más antiguo festival latinoamericano de cine. Un total de trescientas películas entre largos y cortos, una competencia que no parece tener destino de bochorno, nuevas paralelas que se suman a las secciones ya consolidadas, una buena cantidad de visitantes y focos de interés desparramados por todos los rincones dan a pensar que, finalmente, el Fimdp ha logrado reinventarse a sí mismo. Esto se confirmará o no de acá a diez días, cuando el festival haya terminado. Pero aquí y ahora, lo cierto es que, por primera vez, la tan cacareada categoría A de Mar del Plata (la misma que tienen Cannes, Berlín y Venecia) no suena a disparate o a error burocrático.
En su tercer año al frente del festival, la gestión encabezada por el realizador Miguel Pereira parece en condiciones de consolidar para Mar del Plata un perfil propio, tendiente a convertirse en lugar de encuentro para el cine latinoamericano. No por nada en las gacetillas oficiales del festival, inmediatamente después de la muestra competitiva viene, como segunda sección en importancia, la llamada “América latina XXI”. Esa sección incluye los films más recientes de varios de los consagrados de la región. Así, podrán verse en Mar del Plata Machuca, del chileno Andrés Wood (uno de los films latinoamericanos de mayor proyección internacional); Cachimba, del también chileno Silvio Caiozzi (el de Coronación); Perder es cuestión de método, del colombiano Sergio Cabrera (La estrategia del caracol), y El corazón de Jesús, del boliviano Marcos Loayza, cuya Cuestión de fe supo ser uno de los hitos del cine de la región. Temporada de patos, elogiadísima opera prima del mexicano Fernando Eimbcke, aparece fuera de competencia, como frutilla de la torta.
La representación argentina se hace presente en la muestra competitiva con Un día sin amor (debut de Anahí Berneri, que viene de presentarse en el Festival de Berlín) y Tatuado, de Eduardo Raspo. Pero alcanza su máxima concentración en una suerte de hipersección compuesta por casi una decena de subdivisiones. Se llama “Vitrina argentina” (ver recuadro) y es casi una muestra aparte, albergando 69 películas, en los más variados géneros y formatos. Repartidos en nueve apartados, se verán allí films de ficción, documentales (cinco paralelas distintas para el género), películas experimentales, de animación y hasta lo que la programación califica de “contraculturales”. ¿Se dejará arrastrar el público por esa ola o reculará amedrentado, ante el efecto tsunami originado por semejante masa fílmica? Algunas recomendadas: Pajaritos, lo nuevo del mítico cineasta independiente Raúl Perrone, que abre la sección; Ipanema, de Gustavo Postiglione; Como pasan las horas, de Inés de Oliveira Cézar (también viene de Berlín); Cautiva (premiada en San Sebastián 2003) y Bosques (impiadosa visión de la guerra de pobres contra pobres).
Dos películas españolas compiten en la muestra oficial, que quedará inaugurada hoy a las 20, con la presentación de la conmocionante ganadora de San Sebastián 2004, la iraní Las tortugas también vuelan. La competencia oficial incluye las nuevas películas del alemán Volker Schlöndorff (realizador de El tambor), Lukas Moodyson (el de Fu- cking Ämal) y Dylan Kidd (el de la reciente Cosas de hombres), además de la alemana La caída y el documental finlandés Los tres estadios de la melancolía.
Una paralela en la que puede verse cine de los orígenes más diversos es la ya tradicional “Punto de vista”, que en esta edición incluye la coreana Old Boy (ganadora del Premio Especial del Jurado en Cannes 2004), la última de Godard (Nôtre Histoire) y la más nueva del taiwanés Hou Hsiao Hsien (Café Lumière). Como en años anteriores, “La mujer y el cine” (otro clásico marplatense) promete lucirse, con películas como la alemana Doce sillas, la británica A Way of Life, la turca Esperando las nubes, la danesa Brödre y la francesa La trama de la vida. A ellas les suma una retrospectiva dedicada a la destacada cineasta belga Marion Hänsel, que además será miembro del jurado de esta sección, competitiva por segundo año.
Quien quiera descubrir cinematografías casi desconocidas deberá dirigirse de cabeza a la sección “El cine de Asia Central”, que presenta veintipico de películas provenientes de Kazakhstán, Kirghizistán, Tadjikistán y otras ex repúblicas soviéticas, entre cortos y largos. No tendrá menos interés la sección “Ventana documental” –en la que brillan los nombres del catalán Joaquín Jordá, el ruso Sergei Laznitsa, la alemana Katarina Peters y los estadounidenses Barbara Hammer y Jonathan Caoaouette–, mientras que la también tradicional Cerca de lo oscuro promete hacer delirar de gozo a los espectadores de trasnoche. Contará para esos fines con un verdadero seleccionado asiático, integrado por Takashi Miike (presenta Izo), Johnnie To (Breaking News), los hermanos Pang (The Eye 2), la trilogía completa de Infernal Affairs y hasta una retrospectiva dedicada al nipón Shinya Tsukamoto, creador de la mítica Tetsuo.
Una nueva sección llamada “Heterodoxia” promete recoger parte de lo más zarpado o revulsivo que se produce hoy en todas partes. Dentro de ese lote, convendrá prestar atención a películas como The Raspberry Reich (de ese gurú del cine queer que es el canadiense Bruce La Bruce), la nipona El gusto del té, la magnífica Innocence (de Lucille Hadzihavilovic, esposa del irreversible Gaspar Noé) y Mysterious Skin, del escandaloso Gregg Araki. Tal vez pueda verse allí la máxima ratificación de que este festival no tiene nada que ver con aquellos otros en los que lo único que se lucían eran los jóvenes de ayer. Ahora, en lugar de arrugas, vestidos y peinados, hay películas de las que hablar, de aquí al domingo 20 de marzo.

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La iraní Las tortugas que vuelan será uno de los films de la apertura.
 
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