ESPECTáCULOS

Una gran orquesta, un gran director, un gran pianista y un gran programa

La Filarmónica de San Petersburgo actuará hoy y mañana, dirigida por Yuri Temirkanov y con el pianista Nikolai Demidenko.

 Por Diego Fischerman

El premio otorgado por la revista Gramophone a un CD con obras de una compositor casi ignorado tocado por un pianista virtualmente desconocido en ese momento bastó para poner en el centro de la escena a ambos. Nikolai Medtner, un autor contemporáneo de Rachmaninov con grandes similitudes estilísticas, pero mayor sutileza a la hora de orquestar, y el deslumbrante Nikolai Demidenko empezaron a ser nombres corrientes para los melómanos. Las versiones de este pianista de la Sonata en Sí Menor de Franz Liszt o de los conciertos de Tchaikovsky, por ejemplo, se convirtieron en puntos de referencia obligados en relación con el estilo interpretativo del Romanticismo tardío.
Hoy y mañana, a las 20.30, Demidenko tocará por primera vez en Buenos Aires, como solista de una orquesta de lujo y con un director excepcional. La Filarmónica de San Petersburgo, conducida por Yuri Temirkanov, se presentará en el Teatro Colón en dos conciertos para el ciclo del Mozarteum Argentino, dedicados a música de compositores rusos. Esta noche las obras serán la Obertura “Festiva”, Op. 96 y la Sinfonía Nº 5, de Dmitri Shostakovich (esta orquesta estrenó la mayoría de sus obras orquestales y sus registros de las sinfonías, con la conducción del legendario Evgeni Mravinsky, siguen estando entre las mejores existentes) y, con la actuación de Demidenko, el famosísimo Concierto Nº 3 de Sergei Rachmaninov. Mañana Demidenko tocará el Concierto Nº 2 de Sergei Prokofiev y el programa se completará con dos composiciones de Modest Mussorgsky, “Amanecer sobre el río de Moscú” (un fragmento de la ópera Khovantchina) y Cuadros de una exposición (en la orquestación de Maurice Ravel).
La Filarmónica de San Petersburgo, el conjunto sinfónico más antiguo de Rusia, fue creada para la antigua Capilla Real de la Corte de San Petersburgo, en 1882. Durante la Revolución de Octubre, en 1917, un decreto la transformó en orquesta estatal. Desde entonces se la conoció como Filarmónica de Leningrado, hasta que en 1991 recibió su nombre actual. En los primeros años, en visitas a fábricas y llevando la música a las masas, la orquesta fue dirigida por artistas de la envergadura de Alexander Glazunov, Serge Koussevitzky, Bruno Walter, Otto Klemperer y Erich Kleiber. Mravinsky asumió como director en 1938, y estuvo al frente del organismo durante casi 50 años. Después de la Segunda Guerra Mundial la orquesta realizó giras por 25 países de Europa, Asia y América, dirigida por Leopold Stokowski, Charles Munch, Zoltan Kodály y Benjamin Britten, entre otros.
Con el fallecimiento de Mravinsky, en 1988, Yuri Temirkanov fue nombrado director musical y Mariss Jansons, director principal. Además de una serie anual de conciertos en la sala Filarmónica de San Petersburgo, la orquesta realiza frecuentes giras por Europa, Japón y los Estados Unidos. Oriundo de Nalchik, en el Cáucaso, Temirkanov es uno de los directores más importantes del momento –sus versiones discográficas de La Consagración de la Primavera de Stravinsky y de la reconstrucción de la música de Alexander Nevsky de Prokofiev son verdaderos hitos– y antes de conducir a esta orquesta fue director musical de la Orquesta Sinfónica de Leningrado y director artístico y director principal de la Opera Kirov de esa ciudad. Demidenko, por su parte, nació en 1955, egresó del Conservatorio de Moscú y su meteórica carrera comenzó con los premios de Montreal (1976) y Tchaikovsky de Moscú (1978).

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Yuri Temirkanov conduce la Filarmónica desde 1988.
 
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